<<A
comienzos de los tiempos modernos, los Países Bajos formaban parte del
Sacro Imperio Romano y, por lo tanto, eran parte de los dominios del
emperador Carlos V (quien también gobernaba España como Carlos I).
Cuando Carlos V abdicó, en 1556, un hijo, Felipe, recibió España,
mientras que un hijo menor [en realidad era hermano de Carlos V],
Fernando I, fue hecho emperador.>>
>>Pero
Carlos había pasado su vida luchando con Francia, y no quería que ésta
se beneficiase con la división. Por ello entregó las partes de Alemania y
de Italia que lindaban con Francia a Felipe II de España. De este modo
esperaba mantener a Francia rodeada por fuerzas que obedecían a una sola
voluntad. Una de las regiones entregadas a Felipe II eran los Países
Bajos.>>
>>Pero
esto acarreó problemas, no a Francia, sino a España. Las partes
septentrionales de los Países Bajos se habían vuelto protestantes, y
esto era aborrecible para el ultracatólico Felipe II. Este trató de
imponer el catolicismo a la población de los Países Bajos, pero sólo
consiguió empujarla a la revuelta declarada. Durante casi todo su
reinado, Felipe luchó tenazmente en los Países Bajos, sin lograr nunca
aplastar definitivamente a los rebeldes.>>
>>Desesperadamente,
los rebeldes crearon una flota que les permitió controlar las costas de
los Países Bajos. Entre esta flota y una ocasional ayuda de Inglaterra
los rebeldes mantuvieron la lucha. Por la época de la muerte de Felipe
II, España seguía combatiendo; pero las provincias septentrionales de
los Países Bajos eran prácticamente independientes y siguieron
siéndolo.>>
>>Hoy
el nombre de “los Países Bajos” está limitado a esas provincias
septentrionales que obtuvieron su independencia. La principal de esas
provincias, la más poderosa y más rica, con la gran ciudad de Amsterdam
como capital, es Holanda, y este nombre a veces es aplicado
incorrectamente a toda la nación.>>
>>Las
provincias meridionales, que permanecieron en poder de España durante
todo el siglo XVII, eran llamadas “los Países Bajos Españoles” [actuales
Bélgica y Luxemburgo].>>
ASIMOV,
Isaac, La formación de América del Norte. Desde los tiempos primitivos
hasta 1763, Madrid, Alianza Editorial, 1983, pp. 92 y 93.