martes, 22 de diciembre de 2015

Tema 11(2º) Texto sobre la Revolución Científica

<<Los humanos han buscado comprender el universo al menos desde la revolución cognitiva. Nuestros antepasados invirtieron una gran cantidad de tiempo y esfuerzo en intentar descubrir las reglas que rigen el mundo natural. Pero la ciencia moderna difiere de todas las tradiciones previas de conocimiento en tres puntos fundamentales:
a. La disposición a admitir ignorancia. La ciencia moderna se basa en el precepto latino ignoramus: «no lo sabemos». Da por sentado que no lo sabemos todo. E incluso de manera más crítica, acepta que puede demostrarse que las cosas que pensamos que sabemos son erróneas a medida que obtenemos más conocimiento. Ningún concepto, idea o teoría son sagrados ni se hallan libres de ser puestos en entredicho.
b. La centralidad de la observación y de las matemáticas. Después de haber admitido ignorancia, la ciencia moderna pretende obtener nuevos conocimientos. Esto lo hace reuniendo observaciones y después empleando herramientas matemáticas para conectar dichas observaciones en teorías generales.
c. La adquisición de nuevos poderes. La ciencia moderna no se contenta con crear teorías. Usa dichas teorías con el fin de adquirir nuevos poderes, y en particular para desarrollar nuevas tecnologías.
La revolución científica no ha sido una revolución del conocimiento. Ha sido, sobre todo, una revolución de la ignorancia. El gran descubrimiento que puso en marcha la revolución científica fue el descubrimiento que los humanos no saben todas las respuestas a sus preguntas más importantes.
Las tradiciones premodernas del conocimiento, como el islamismo, el cristianismo, el budismo y el confucianismo, afirmaban que todo lo que era importante saber acerca del mundo ya era conocido. Los grandes dioses, o el único Dios todopoderoso, o los sabios del pasado, poseían la sabiduría que lo abarca todo, que nos revelaban en escrituras y tradiciones orales. Los mortales comunes y corrientes obtenían el saber al profundizar en estos textos y tradiciones antiguos y comprenderlos adecuadamente. Era inconcebible que la Biblia, el Corán o los Vedas fallaran en un secreto crucial del universo, y que este pudiera ser descubierto por criaturas de carne y hueso.>>
HARARI, Yuval Noah, De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad,  Madrid, Editorial Debate, 2015.

Tema 9(1º). Texto sobre el uso del fuego

Cuestiones sobre el texto:
  1. ¿Cuándo se empezó a usar el fuego de forma ocasional?
  2. ¿Qué especies humanas utilizaban el fuego de forma habitual?
  3. Señala de forma breve los distintos usos del fuego que se señalan en el texto.
  4. Explica las distintas ventajas que trajo para el ser humano el uso del  fuego en la cocina.
  5. ¿Cómo marcó el fuego la diferencia entre los seres humanos y el resto de los animales?
<<Un paso importante en el camino hasta la cumbre fue la domesticación del fuego. Algunas especies humanas pudieron haber hecho uso ocasional del fuego muy pronto, hace 800.000 años. Hace unos 300.000 años, Homo erectus, los neandertales y Homo sapiens usaban el fuego de manera cotidiana. Ahora los humanos tenían una fuente fiable de luz y calor, y un arma mortífera contra los leones que rondaban a la busca de presas. No mucho después, los humanos pudieron haber empezado deliberadamente a incendiar sus inmediaciones. Un fuego cuidadosamente controlado podía convertir espesuras intransitables e improductivas en praderas prístinas con abundante caza. Además, una vez que el fuego se extinguía, los emprendedores de la Edad de Piedra podían caminar entre los restos humeantes y recolectar animales, nueces y tubérculos quemados.
Pero lo mejor que hizo el fuego fue cocinar. Alimentos que los humanos no pueden digerir en su forma natural (como el trigo, el arroz y las patatas) se convirtieron en elementos esenciales de nuestra dieta gracias a la cocción. El fuego no solo cambió la química de los alimentos, cambió asimismo su biología. La cocción mataba gérmenes y parásitos que infestaban los alimentos. A los humanos también les resultaba más fácil masticar y digerir antiguos platos favoritos como frutas, nueces, insectos y carroña si estaban cocinados. Mientras que los chimpancés invierten cinco horas diarias en masticar alimentos crudos, una única hora basta para la gente que come alimentos cocinados.
El advenimiento de la cocción permitió que los humanos comieran más tipos de alimentos, que dedicaran menos tiempo a comer, y que se las ingeniaron con dientes más pequeños y un intestino más corto. Algunos expertos creen que hay una relación directa entre el advenimiento de la cocción, el acortamiento del tracto intestinal humano y el crecimiento del cerebro humano. Puesto que tanto un intestino largo como un cerebro grande son extraordinarios consumidores de energía, es difícil tener ambas cosas. Al acortar el intestino y reducir su consumo de energía, la cocción abrió accidentalmente el camino para el enorme cerebro de neandertales y sapiens.
El fuego abrió también la primera brecha importante entre el hombre y los demás animales. El poder de casi todos los animales depende de su cuerpo: la fuerza de sus músculos, el tamaño de sus dientes, la envergadura de sus alas. Aunque pueden domeñar vientos y corrientes, son incapaces de controlar estas fuerzas naturales, y siempre están limitados por su diseño físico. Las águilas, por ejemplo, identifican las columnas de corrientes térmicas que se elevan del suelo, extienden sus alas gigantescas y permiten que el aire caliente las eleve hacia arriba. Pero las águilas no pueden controlar la localización de las columnas, y su capacidad de carga máxima es estrictamente proporcional a su envergadura alar.
Cuando los humanos domesticaron el fuego, consiguieron el control de una fuerza obediente y potencialmente ilimitada. A diferencia de las águilas, los humanos podían elegir cuándo y dónde prender una llama, y fueron capaces de explotar el fuego para gran número de tareas. Y más importante todavía, el poder del fuego no estaba limitado por la forma, la estructura o la fuerza del cuerpo humano. Una única mujer con un pedernal o con una tea podía quemar todo un bosque en cuestión de horas. La domesticación del fuego fue una señal de lo que habría de venir.>>
HARARI, Yuval Noah, De animales a dioses. Una breve historia de la humanidad,  Madrid, Editorial Debate, 2015.

sábado, 19 de diciembre de 2015

Tema 1(1º). Texto sobre las proyecciones cartográficas




Mercator y el mapa que ‘cuadró el círculo’

Con tecnología de hoy en día, capaz de digitalizar casi cualquier cosa, representar el mundo en mapa plano y que este sea fiel al cien por cien sigue siendo un reto pendiente. Este problema matemático tiene muchos siglos de antigüedad. Sin embargo, no fue hasta mediados del siglo XVI cuando Gerardus Mercator (1512-1594) puso la primera piedra para mejorar la representación gráfica del planeta Tierra en una superficie de dos dimensiones.
A su solución, que él aplicó por primera vez en 1569, se la conoce como Proyección de Mercator (proyección cilíndrica). Aunque actualmente se critica como símbolo de las desigualdades geográficas y de la arrogancia del primer mundo (África y Sudamérica se ven mucho más pequeñas de lo que son) la intención de Mercator era muy distinta. En realidad, lo que pretendía era facilitar la navegación de los marineros de la época, al diseñar un sistema en el que las trayectorias de los barcos pudieran trazarse en línea recta con las brújulas.
Las proyecciones de tipo cilíndrico, como la de Mercator basan su representación en colocar un cilindro tangente a la esfera terrestre. El resultado muestra todo el globo en dos dimensiones, pero también presenta grandes distorsiones en las zonas de latitud elevada, cosa que impide apreciar en sus verdaderas proporciones a las regiones polares. Así, en los mapas basados en el sistema de Mercator, Groenlandia aparece casi tan grande como África, que en realidad es unas 14 veces mayor; o Alaska aparece similar en tamaño a Brasil, cuya área es casi 5 veces la de Alaska.
Mercator projection SW.jpg
"Mercator projection SW" by Strebe - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Commons.
La proyección de Peters es otra famosa representación cilíndrica, que muestra de manera más equilibrada la proporción de tamaño de los continentes pero que tiene otro fallo: las superficies y distancias están deformadas. Otros sistemas resuelven el problema de la proporción, pero nos dan una imagen “limitada” del globo: las proyecciones cónicas representan de manera fiel aquellos países que se encuentran en las regiones de latitudes medias pero que no muestran el total del globo en un mismo papel.
Gall–Peters projection SW.jpg
«Gall–Peters projection SW» por Strebe - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.
En la actualidad la mayoría de los mapas se basan en proyecciones modificadas o en una combinación de las anteriores, para corregir en lo posible las distorsiones. Entre las más usuales figuran la proyección policónica de Lambert, utilizada para fines educativos, o la de Winkel-Tripel, adoptada por la National Geographic Society en 1998 y cada vez más utilizada en atlas y libros de texto. Sin embargo, los mapas más utilizados hoy en día siguen fieles a Gerardus Mercator: los servicios online como Bing Maps, OpenStreetMap, Google Maps o MapQuest usan una variante de la proyección de Mercator. Y también los mapas rectangulares que se hacen hoy en día de otros mundos (Venus, Marte, o Mercurio por ejemplo) usan el sistema de Gerardus Mercator.
Winkel-tripel-projection.jpg
«Winkel-tripel-projection» por NASA - NASA. Disponible bajo la licencia Dominio público vía Wikimedia Commons.

Este astrónomo, geógrafo y matemático flamenco dedicó toda su vida a los mapas. Combinando sus diferentes especialidades, realizó aportaciones muy diversas a la cartografía. La más importante de ellas, su solución al problema de llevar a un plano el globo terráqueo, pese a ser una solución imperfecta sigue siendo muy útil y práctica. Por eso la tan denostada proyección de Mercator sigue plenamente vigente.
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