lunes, 20 de mayo de 2013

Tema 10(1º). Textos sobre los imperios mesopotámicos: Akkad, Babilonia, Asiria y Persia.

Texto sobre el Reino de Akkad: Sargón y Naram Sin.
<<En las inscripciones antiguas, Acad, o Akkad, es Acade. Se desconoce su emplazamiento exacto, pero es probable que también estuviera sobre el Éufrates, a unos 220 kilómetros de Ereg, corriente arriba. La ciudad dio su nombre a la parte alta de la región Tigris-Éufrates, que se conoció como Acad.>>
>>Los acadios que habitaron esas regiones aguas arriba no se identificaron con los sumerios, aunque adoptaron su cultura. Hablaban una lengua semítica, por ejemplo, mientras que la sumeria no es semítica y, desde luego, carece de parentesco lingüístico conocido.>>
>>Al principio, los acadios estuvieron sometidos al dominio sumerio, pero hacia el 2280 aC, un hombre llamado Sharrukin («rey justiciero», en acadio) llegó al poder y estableció su capital en la ciudad de Acade. Para nosotros, ese rey se convirtió en Sargón de Acade. Hacia el 2264 aC derrotó a Lugal Zaggisi y fundó el imperio acadio. El nieto de Sargón, Naram Sin, siguió extendiendo el imperio, que alrededor del 2180 aC alcanzó su punto culminante.>>
>>Pero alrededor del 2150 aC, poco después de la muerte de Naram Sin, bárbaros procedentes de las montañas orientales invadieron y conquistaron la región Tigris-Éufrates, acabando con el imperio acadio. […]>>
ASIMOV, Isaac, Guía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Laia, 1985, págs. 44 y 45.

Texto sobre Babilonia: capital de Mesopotamia.
<<La ciudad de Babel estaba emplazada sobre el río Éufrates, a unos sesenta kilómetros de Acade corriente abajo. Durante un milenio fue un lugar pequeño y poco notable, mientras que, más abajo del río, las ciudades-estado sumerias florecían y el imperio acadio surgía y declinaba.>>
>>Sin embargo, cuando los sumerios se encontraban en su último período de gloria, otro grupo de pueblos del medio Éufrates, los amorreos, dominaron Babel hacia el 1900 aC convirtiéndola en capital de un imperio en expansión.>>
>>Bajo el sexto rey de la dinastía amorrea, Hammurabi, que reinó hacia el 1700 aC, Babel se convirtió en una metrópolis mundial y siguió siéndolo durante dos mil años, a pesar de que fue conquistada y saqueada con frecuencia. En realidad, fue la ciudad más brillante del Oriente durante la época del Antiguo Testamento, y nosotros la conocemos mejor por la versión griega de su nombre: Babilonia. Toda la región Tigris-Éufrates se conoce comúnmente como Babilonia, que recibió su nombre de esa ciudad.>>
ASIMOV, Isaac, Guía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Laia, 1985, pág. 45.

Texto sobre el Imperio Asirio: antiguo, medio y nuevo.
<<En tiempos de Abraham, Asiria era un reino rico y floreciente con intereses mercantiles, y a veces se llama «antiguo imperio asirio» a esa etapa de su historia. Pero en los siglos siguientes le resultó difícil sobrevivir bajo la presión de las grandes potencias de la época: Egipto, los hititas y los mitani.>>
>>Sólo tras la destrucción y la anarquía provocadas por la llegada de los Pueblos del Mar, se le presentó a Asiria otra oportunidad. Con los reinos hitita y mitani prácticamente destruidos y un Egipto debilitado y expulsado de Asia, Asiria dio un paso adelante.>>
>>Hacia el 1200 aC, mientras los, israelitas se abrían paso hacia Canán, el rey asirio Tukulti Ninurta (…) conquistó Babilonia, abriendo un período denominado «imperio medio asirio». El imperio medio alcanzó la cima de su poder con Teglatfalasar I, que reinó del 1116 al 1078 aC, [...].>>
>>Teglatfalasar I llevó sus conquistas hacia el oeste, y fue el primer monarca asirio en llegar al Mediterráneo por la región norte de Canán.>>
>>El dominio asirio en aquellas latitudes no era fuerte y, tras la muerte de Teglatfalasar se produjo cierta decadencia. Las tribus arameas, que avanzaban hacia el sur y el este desde Asia Menor, rechazaron a los asirios y acabaron con el imperio medio. [...].>>
>>[...]>>
<<Asiria volvió a renacer. En el 883 aC, […], un poderoso soberano asirio, Asurnasipal, accedió al trono y fundó el «último imperio asirio». Reorganizó el ejército y utilizó al máximo las armas y corazas de hierro. Eran mucho más baratas que las de bronce y permitieron a los asirios pertrechar a un numeroso ejército de infantería que aplastara a las filas enemigas, más ligeras y especializadas en el uso de carros.>>
>>Asurnasipal también inició una política de crueldad extrema. Los habitantes de las ciudades conquistadas eran ferozmente torturados hasta la muerte. Ello podría ser consecuencia del sadismo innato del rey o de una política deliberada para debilitar la voluntad del enemigo por medio del terror. Si éste era el caso, tuvo éxito, pues Asurnasipal restableció el imperio de Teglatfalasar I, que volvió a llegar al Mediterráneo.>>
ASIMOV, Isaac, Guía de la Biblia. Antiguo Testamento, Barcelona, Laia, 1985, págs. 333 y 334.

Texto sobre el Imperio Persa de Ciro y Darío.
<<-El imperio persa, que los griegos admiraban y temían porque era el más grande y fuerte del mundo entero –prosiguió Herodoto-, tenía su corazón en Irán, al norte de Mesopotamia y se extendía desde el mar Egeo, en el Mediterráneo, hasta Afganistán.>>
>>[…]>>
>>-Todo había comenzado en tiempos del valeroso e inteligente Ciro, cuando el pueblo montañés de los persas inició una sorprendente carrera de conquistas por Oriente, coronada con el asalto a Babilonia. Tras adueñarse de toda Mesopotamia –siguió Herodoto-, los persas se apoderaron de Egipto. Eso ocurrió en el 525 a.C., después de que Ciro ya hubiera muerto.>>
>>[…]>>
>>-Los persas –dijo Herodoto- alcanzaron la cima de su poder poco después, durante el reinado de Darío, entre el 522 y 486 a.C. Fue este rey de reyes quien aumentó las conquistas de sus antecesores y organizó el inmenso imperio, que ya se alargaba desde el Nilo hasta la India y desde el mar de Aral hasta el Golfo Pérsico. Nunca ningún rey había dominado tan extenso territorio. Por ello, para poder gobernar su imperio con eficacia, Darío lo dividió en muchas regiones. Puso cada una a cargo de un noble persa, y a éstos bajo la vigilancia de inspectores y espías reales: los llamados ojos de Darío.>>
>>[…]>>
>>-Darío también hizo construir caminos –prosiguió Herodoto-. Y a lo largo de esos caminos creó un sistema de mensajeros a caballo para transmitir sus órdenes a cualquier parte del imperio. Y no había nada en el mundo que llegara más pronto que estos mensajeros. Ni la nieve, ni la lluvia, ni el calor ni las tinieblas de la noche impidieron jamás a los jinetes que llevaban el correo hacer el recorrido que les correspondía. El primer mensajero cabalgaba los suyo, transmitía las órdenes al segundo, éste al tercero, y así sucesivamente, hasta llevar la noticia a su destino, igual que los atletas corren la carrera de relevos hasta llegar a la meta.>>
GARCÍA CORTAZAR, Fernando, Pequeña historia del mundo, Madrid, Espasa, 2013, págs. 48 y 49.

jueves, 16 de mayo de 2013

Tema 12 y 15(1º). Textos y mapas sobre pueblos prerromanos: celtas e íberos

Tradicional interpretación de los pueblos prerromanos: celtas, íberos y celtíberos.
<<Los íberos llegaron por mar. Pusieron sus pies en las costas de levante y lentamente fueron penetrando en el interior, como si quisieran conquistar un castillo.>>
>>[...]>>
>>No solo los íberos, llegando por el mar, sino también los celtas, un poderoso pueblo que ya conocía las armas de hierro y que penetraría por tierra. Y en este caso superando otra gran dificultad: franquear ese mural tan impresionante que son las montañas de los Pirineos; por supuesto, por sus pasos más accesibles, sobre todo por los Pirineos orientales; esto es, por la actual Cataluña.>>
>>De ese modo, los celtas llegaron a España y alcanzaron el río Ebro. Y Ebro arriba, siguiendo el curso del río, en oleadas sucesivas, poniendo sus asentamientos cada vez más lejos, penetraron en la alta meseta castellana, posiblemente por el paso de Belorado.>>
>>[...] Y por ese portillo abierto, por ese estrecho desfiladero, aquellos pueblos celtas, que venían del centro de Europa y que estaban ansiosos de tierras y más tierras despobladas donde poner sus pies, montar sus hogares, pastorear con sus rebaños y cultivar sus praderas, fueron así, lentamente, poco a poco, atravesando la gran meseta y llegando hasta las tierras brumosas de la actual Galicia.>>
>>Íberos por el este y por el sur frente a los celtas llegados del norte, tenían que acabar encontrándose. ¿Un encuentro amistoso? A buen seguro que no.>>
>>Pero también hubo intercambios comerciales y, sobre todo, y esto sí que fue importante, relaciones amorosas.>>
>>¡Admirable! ¡Los celtas y los íberos uniéndose en buen amor y compaña! Y con tal éxito que surgiría una nueva raza, un nuevo pueblo, una mezcla de los unos y los otros, que así, y con toda propiedad, conocemos como los celtíberos.>>
FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel, Pequeña historia de España, Madrid, Espasa, 2010, págs 40-42.

Iberia 300BC
Traducción inglés/español. Linguistic groups/grupos lingüísticos: Turdetanian/turdetano; Tartessian (residual)/tartesio (residual); Celtic/céltico; Iberian/íbero; Aquitanian (Proto-Basque)/aquitano (protovasco); Indo-european (pre-Celtic)/ indoeuropeo (precéltico). Ethno-geographic groups/grupos etnogeográficos: Major groups/grupos principales; Secondary communities/comunidades secundarios. Main colonial foundings/principales fundaciones coloniales: Phoenician-Carthaginian/fenicio-cartaginés; Greek/griego.

Visión actual de los pueblos prerromanos: indoeuropeos, no indoeuropeos y colonizadores.
<<Si algo caracterizaba a la Península Ibérica en la época anterior a la conquista romana, era la gran diversidad de los pueblos que la habitaban. Aun así, podemos agrupar su territorio en el siglo III a.C. desde el punto de vista lingüístico en dos grandes zonas, una indoeuropea, que abarcaba las partes occidental y central de la península, y una no indoeuropea, que englobaba la franja más oriental y meridional.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 8.

Los no indoeuropeos (los íberos y turdetanos)
<<La zona no indoeuropea abarcaba las costas orientales [del este] de la Península Ibérica, donde se desarrolló entre los siglos VI y I a.C. la cultura íbera, término que agrupa a un gran número de pueblos que, aunque no formaban una unidad política, compartían una cultura material identificable arqueológicamente, una lengua con varios dialectos, y fueron considerados por los romanos como un colectivo con entidad propia. Esta realidad social y política íbera sería el resultado de la interacción entre la evolución propia de las poblaciones indígenas y la influencia ejercida por los colonizadores orientales. Se diferencian tres grandes zonas dentro del panorama ibero, la de las costas meridionales, la franja de Levante y la zona catalana. La población estaba asentada en oppida o ciudades fortificadas, y había desarrollado una intensa explotación agropecuaria y minera de su territorio, con la que participaba activamente en el comercio mediterráneo.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 9.

Los indoeuropeos (celtas y preceltas)
<<Por otra parte, entre los pueblos de raíz indoeuropea se hallaban los lusitanos, que ocupaban el territorio más occidental de la península entre el Tajo y el Duero. Su economía estaba basada en la ganadería y la minería.[…]>>
>>[…]>>
>>Al norte de los lusitanos se situaban los galaicos, que ocupaban el extremo noroeste. Su economía estaba basada en la agricultura y, en menor proporción, en la ganadería, el marisqueo y el comercio. Vivían en castros o asentamientos fortificados con escaso desarrollo urbano y poseían una lengua propia. Al este de los galaicos estaban los astures y cántabros, de los que hablaremos más adelante.>>
>>En la zona del Sistema Ibérico y el este de la Meseta estaban establecidos los celtíberos, que eran el pueblo celta más importante en el momento de la llegada de los romanos. Los celtíberos poseían una fuerte jerarquización social y un avanzado urbanismo, con oppida como Numancia, con un trazado ortogonal y grandes viviendas, que pueden considerarse verdaderas proto-ciudades y que controlaban un territorio estructurado bastante amplio. Además poseían moneda y una escritura propia.>>
>>Los vacceos y los vetones eran también pueblos importantes. Los primeros ocupaban el centro de la Meseta norte y tenían una agricultura ampliamente desarrollada. Sus asentamientos eran de gran tamaño y poseían también una destacada jerarquización social. Los vetones que ocupaban el suroeste de la Meseta eran un pueblo ganadero ya que estaban asentados en tierras poco aptas para la agricultura y su población vivía en oppida con murallas defensivas.>> (subrayado mío)
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, págs. 9-10.

Los colonizadores (fenicios y griegos)
<<Finalmente, también localizamos en el suelo peninsular las colonias fundadas por fenicios y griegos, que se establecieron en la costa mediterrá nea en busca de materias primas, cobre y estaño, productos agrícolas y nuevos mercados con los que comerciar. Los primeros en llegar fueron los fenicios, que se establecieron en el sur, el levante peninsular y las islas Baleares, fundando ciudades como Gadir (Cádiz), Sexi (Almuñécar, en Granada), Abdera (Adra, en Almería) o Ebusus (Ibiza). Por su parte, los griegos ocuparon la zona costera septentrional, estableciéndose en colonias como Emporion (Empúries, Girona) o Rhode (Roses, Girona).>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 10.

martes, 14 de mayo de 2013

Tema 11(1º). Texto sobre la Segunda Guerra Médica (480-479 a.C.)

Segunda Guerra Médica: batallas de las Termópilas, Salamina y Platea (480-479 a.C.-siglo V a.C.).

Diez años después de la Primera Guerra Médica (480 a.C.) el rey de los persas Jerjes I (hijo de Darío I) decidió acabar para siempre con el problema de los griegos europeos. Para ello organizó un gran ejército y penetró en el Norte del Península Balcánica. Tras atravesar Tracia, Macedonia y Tesalia finalmente llegó a la Grecia continental (mapa de abajo: línea rosa -Jerjes/Mardonio). Frente a la misma, un grupo de ciudades griegas, no todas, dirigidas por Atenas y Esparta formaron la "Liga Helénica" para enfrentar a los invasores. Tras varias derrotas parciales en Artemisio y las Termópilas (retirada griega con el sacrificio de 300 espartanos que resistieron hasta la muerte) y la destrucción de Atenas los griegos pasaron al contrataque con sus victorias en Salamina (480 a.C.), Platea (479 a.C.) y Mícala (479 a.C.). La invasión había sido rechazada. Aunque la guerra continuaría, las ciudades griegas habían rechazado la invasión de la mayor potencia asiática.
El texto que viene a continuación cuenta someramente alguna de esas batallas.
Battle of Thermopylae and movements to Salamis and Plataea map-es

<<Finalmente se decidió aguardar al ejército persa en el paso de las Termópilas, situado entre el mar y el monte Eta, el único acceso desde la región de Tesalia hacia la Grecia central apto para el tránsito de un ejército como el persa y en el que el terreno permitía a un contingente militar reducido frenar a un enemigo superior, mientras que la flota griega se posicionaba en el cabo Artemisio, en el extremo norte de la isla de Eubea.>>
>>[...]>>
>>La batalla de las Termópilas se produjo a principios de agosto del año 480 a. C. y, como la de Maratón algunos años antes, se convirtió en un símbolo de la resistencia de los griegos ante la amenaza bárbara, pues, aunque la victoria final fue para los persas, la bravura y la heroicidad de la resistencia helena y de su líder Leónidas, que había conseguido su objetivo de oponerse y retrasar el avance enemigo, quedaron grabadas desde entonces en la historia de los griegos.>>
>>Mientras Leónidas y sus espartanos defendían al precio de sus propias vidas el paso de las Termópilas, la flota griega, después de tres días de enfrentamientos contra la escuadra enemiga, en los que ambas sufrieron grandes pérdidas, se retiró finalmente de Artemisio. El avance persa hacia la Grecia central estaba, pues, abierto. Los atenienses se vieron obligados a abandonar su ciudad y el territorio del Ática, y evacuaron a las mujeres y a los niños. Los persas llegaron pronto a Atenas, a principios de septiembre, y saquearon la ciudad y la acrópolis, donde se habían parapetado los últimos defensores atenienses.>>
>>La campaña militar del año 480 a. C. transcurrió con el avance del ejército de tierra aqueménida hasta la misma entrada del Peloponeso y con la derrota, a finales de septiembre, de la flota persa en la batalla de Salamina, en la cual los griegos, inferiores en número, utilizaron no sólo la astucia, sino también una mejor disposición estratégica para vencer a la flota enemiga ante la propia vista del gran rey. Al finalizar la estación del año propicia para la actividad bélica, la flota persa regresó a Asia Menor mientras que el ejército de tierra se retiró a Macedonia, donde invernó. Jerjes I tomó una parte de las tropas y regresó a Asia, dejando al mando del ejército persa en Europa a su primo Mardonio.>>
>>Durante el verano del año 479 a. C., los persas volvieron a avanzar sobre Grecia, pero esta vez hallaron al ejército griego, liderado de nuevo por atenienses y espartanos, apostado en las proximidades de la ciudad de Platea y formado, según Heródoto, por un contingente de 38.700 hoplitas, además de gran cantidad de tropas ligeras. El nuevo enfrentamiento se produjo cerca de Platea y acabó con una rutilante victoria griega, la muerte del general persa Mardonio y la retirada de los restos del ejército enemigo, que poco más tarde regresaba, también, a Asia Menor. La batalla de Platea se convirtió así en la definitiva victoria de la Hélade sobre la amenaza persa, en un símbolo de la libertad griega y en el inicio del poderío de los griegos sobre el Egeo y Asia Menor.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de los persas, Madrid, Nowtilus, 2011.
Map Greco-Persian Wars-es

Tema 11(1º). Textos sobre la Primera Guerra Médica (490 a.C.)

Primera Guerra Médica: Batalla de Maratón (490 a.C.-siglo V a.C.)

Tras una rebelión contra los persas de la región de Jonia (498 a.C.) en la participaron las ciudades de Atenas y Eretria, ocho años después el rey persa Darío I decidió castigar a estas últimas por su intervención. Así tras destruir Eretria una flota persa (ver mapa de abajo, flecha marrón -Artafernes y Datis) llegó a la llanura de Maratón dispuesta a hacer lo mismo con Atenas. Allí el ejército persa (unos 25.000 hombres) se enfrentó a 11.000 atenienses y plateos dirigidos por Milcíades. La victoria ateniense salvó a Atenas pero dejó abierta la puerta a una revancha persa aun mayor que llegaría diez años más tarde.
Este texto muestra algunos aspectos de esa batalla.
Battle of Marathon Greek Double Envelopment ES

<<Los atenienses atravesaron la llanura del Ática para enfrentarse a los invasores persas apostados en Maratón, y tras aguardar ambos ejércitos varios días uno al frente del otro, se inició, en agosto o septiembre del año 490 a. C., la batalla que acabó con la derrota persa, cuyas tropas acabaron huyendo y embarcándose de forma desordenada en sus naves amarradas en la orilla. Según Heródoto murieron 6.400 soldados persas, mientras que sólo cayeron 192 hoplitas griegos.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de los persas, Madrid, Nowtilus, 2011.

<<Los dos bandos estaban situados a unos mil quinientos metros de distancia. Los griegos avanzaron hacia los persas y cuando se hallaban a unos doscientos metros del enemigo, “Milcíades ordenó a sus soldados acelerar la marcha y lanzarse a la carrera para recorrer los metros que les separaban de los persas lo más rápidamente posible. De ahí viene la expresión "paso ligero": los soldados avanzaron más rápido de lo normal para dar a los arqueros persas sólo la mitad de tiempo para dispararles”, precisa Ian Morris. El ejército griego avanzaba a la carrera evitando la mortífera eficacia de los arqueros persas, lanzando su grito de guerra, ¡eleleu!, sobrecogiendo a un enemigo que veía, atónito, cómo se le echaba encima una masa de casi once mil hombres capaces de correr al unísono sin desorganizarse.>>
>>Esta carga a la carrera constituyó una completa novedad en la táctica militar de la infantería, pues la eficacia de los hoplitas dependía de que la formación se mantuviera a toda costa.<<
>>Hacer algo así en esa época sólo estaba al alcance de los griegos. Hay que tener en cuenta que, como ya se ha dicho, los hoplitas eran ciudadanos de buena posición económica. Habían recibido por tanto una buena educación, que para los griegos incluía la práctica del deporte. Todos los atenienses de clase media, incluidos los intelectuales —en aquella masa iban individuos tan fundamentales en la cultura humana como Sócrates o Esquilo, que no quiso que figurase en su epitafio ningún mérito más que haber combatido en Maratón—, eran excelentes deportistas, y entre las disciplinas deportivas que practicaban estaba la «carrera de hoplitas», que consistía precisamente en correr con el equipo militar completo.>>
>>Ambos ejércitos chocaron en un violento cuerpo a cuerpo. «Con las espadas desenvainadas, golpeaban al enemigo con el escudo de metal, al mismo tiempo que esquivaban el escudo del contrario y le clavaban la espada y seguían adelante golpeando y clavando», explica Morris. El escudo formaba parte principal del arma de los hoplitas hasta el punto que perderlo en la batalla era considerado un delito, penado con la muerte. No tenía la misma gravedad perder la lanza o la espada.
Sin disponer de su caballería, los persas no pudieron hostigar los flancos del ejército griego. Además, a distancia corta, las cortas espadas y débiles armaduras de los persas no estuvieron a la altura de las fuertes armaduras y largas lanzas de los atenienses. El campo de batalla se llenó de cuerpos de soldados persas caídos.>>
CANAL HISTORIA, Grandes batallas de la Historia, Barcelona, De bolsillo, 2011
Map Greco-Persian Wars-es

Tema 11(1º). Texto sobre las campañas de Alejandro Magno

<<Las victorias de Alejandro fueron fulgurantes y han suscitado la incondicional admiración de sus contemporáneos y de la posteridad. […].>>
>>Un primer contingente de aquéllos fue derrotado en el río Gránico, donde Alejandro fue salvado de la muerte por su lugarteniente Clito. Todas las ciudades de la Jonia fueron liberadas; Damasco y Sidón se rindieron; Tiro, que quiso resistir, fue literalmente destruida, y Jerusalén abrió sus puertas dócilmente.>>
>>A través del desierto de Sinaí, el conquistador penetró en Egipto, y lo primero que hizo fue un acto de homenaje en el oasis de Siwa al templo de Ammón que, según Olimpia, era su padre. Los sacerdotes le creyeron sin más y le coronaron faraón. Para compensarles de tanta complacencia, Alejandro ordenó la construcción en el delta de una nueva ciudad, Alejandría, de la que trazó él mismo un plano, dejando la ejecución a su arquitecto Dinócrates. Y reanudó su marcha hacia Asia.>>
>>El encuentro con el grueso del ejército de Darío tuvo lugar cerca de Arbelas. Al ver aquella multitud de seiscientos mil persas, Alejandro tuvo una vacilación. Y sus soldados gritaron: “¡Adelante, general! Ningún enemigo podrá resistir el hedor a carnero que traemos encima.” No sabemos si fue propiamente el hedor lo que derrotó aquel heterogéneo y políglota ejército. Sea como fuere, hubo derrota, caótica e irremediable. Darío fue muerto cobardemente por Sus generales, y su capital, Babilonia, se sometió sin resistencia a Alejandro, que encontró en ella un tesoro de cincuenta mil talentos, […], y anunció orgullosamente en una solemne proclama al pueblo griego su definitiva liberación del vasallaje persa.>>
>>Los objetivos de la guerra habían sido alcanzados, mas no los de Alejandro, que sabía concretamente cuáles eran. Reemprendió la marcha sobre Persépolis y, enfurecido por encontrar prisioneros griegos con miembros cortados, ordenó la destrucción de la estupenda ciudad. Y siguió adelante hacia Sogdiana, Ariana, Bactriana y Bujara, donde capturó al asesino de Darío. Le hizo atar a dos troncos de árbol acercados con cuerdas. De modo que, cuando las cuerdas fueron cortadas, al enderezarse los troncos, le despedazaron las carnes. Y adelante aún, a través del Himalaya, en ruta hacia la India, donde oyó hablar del Ganges y quiso verlo. El rey Poros, que trató de oponérsele, fue vencido.>>
MONTANELLI, Indro, Historia de los griegos, Barcelona, Planeta, 2009.
Imperio de Alejandro Magno con ruta