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lunes, 10 de febrero de 2014

Tema 15(1º). Texto adaptado: los monumentos romanos de Córdoba

Texto sacado del diario EL PAIS: @el_pais: El perfil romano de Córdoba: http://elpais.com/ccaa/2014/01/23/andalucia/1390506568_342918.html


El perfil romano de Córdoba

<<[Corduba en el año 14 d.C.: Vía Augusta, Colonia Patricia, el Río Betis...]Hace una veintena de siglos llegar a Córdoba desde Roma era un espectáculo. Cuando, tras semanas recorriendo la vía Augusta —la arteria imperial que unía la capital de occidente con la Bética— el viajero distinguía por primera vez su silueta en la lejanía, ya sabía que la Corduba de entonces, refundada como Colonia Patricia, no era una urbe cualquiera. Tras la sombra del enorme circo que daba la bienvenida a la ciudad, como antesala monumental dominaba un enorme templo. Era un centro de culto que destacaba en el entorno y subrayaba el poder político y financiero de la ciudad del Betis, el nombre latino del río Guadalquivir.>>
>>[El templo de Corduba: descubrimiento y recuperación] El esqueleto y los cimientos de ese templo, siguen dominando hoy parte del paisaje cordobés, redescubierto a mediados del siglo XX y reintegrado en el tejido urbano en el XXI. Y es que, tras décadas oculto, el yacimiento arqueológico y monumental del templo romano de Córdoba recuperó hace un mes el protagonismo del que gozó 2.000 años atrás. Se eliminaron las tapias que lo rodeaban y se sustituyeron por una barandilla minimalista que integra el mundo actual con el romano.>>
>>[Desconocimiento de templo durante siglos: uso como cantera] Pero no siempre fue así. Córdoba vivió durante siglos sumida en la amnesia. La presencia de un importante edificio romano en la zona era palpable por la continua afloración de potentes restos, pero nadie sabía a ciencia cierta qué se había levantado allí ni importaba demasiado. Los lugareños llamaron a ese rincón Los Marmolejos y lo usaron de cantera para distintos edificios. Sillares, fustes, basas y capiteles sirvieron para dar forma a nuevas creaciones. “En la iglesia de San Pablo, justo delante del antiguo templo romano, encontramos restos de este integrados en la arquitectura cristiana”, señala Juan Murillo, arqueólogo municipal y responsable, junto a la arquitecta Carmen Chacón, de la última intervención en el monumento.>>
>>[El templo romano y el Ayuntamiento] El templo romano ha estado siempre muy ligado al Ayuntamiento de Córdoba desde que en el siglo XVI la casa consistorial se edificase justo en el mismo sitio. Desde entonces, las distintas fases de la reforma del inmueble se toparon con unos restos que fueron una incógnita hasta que, en la década de los cincuenta, el padre de la arqueología moderna en España, Antonio García y Bellido, se atrevió a identificar aquel guirigay de mármoles y sillares como un gran templo. [...].>>
>>[El circo de Córduba] [...] A mediados de la década de los noventa, los arqueólogos municipales empezaron a excavar en la zona del Palacio de Orive y su huerto. Allí encontraron restos que podían corresponderse con el anfiteatro identificado por el arqueólogo Samuel de los Santos Gener. Pero la distribución y orientación de los hallazgos les llevaron a pensar que se encontraban ante el circo de la Colonia Patricia, donde corrían las cuádrigas al estilo Ben-Hur.
El circo era un enorme edificio, “el más grande erigido en la historia de Córdoba”, destaca Murillo, que en dirección este a oeste, remarcaba el eje con el templo romano, el foro de la ciudad, y el anfiteatro, en el otro extremo de la urbe. Y todo ello, siguiendo a la vía Augusta como guía. Un modelo, el del templo ligado al circo, que se repite en otras capitales de provincia, como Tarragona, y que se inspiraba en la disposición del templo de Apolo en el Palatino de Roma, comenta Juan Murillo.>>
>>[...]>>
>>[El templo y el circo en la Córdoba actual] En las últimas obras del templo se ha retirado definitivamente la valla de acero instalada hace una década, sustituyéndola por un nuevo cerramiento de metacrilato que permite ver el yacimiento desde la calle y pasear por parte del interior del mismo en el horario de visitas. El objetivo final es construir un centro de interpretación de este yacimiento romano en la planta baja del Ayuntamiento, junto a las actuales dependencias de atención al público que están al lado de los restos, visibles desde el Consistorio. El presupuesto, que ha rondado los 200.000 euros, ha sido posible alcanzarse gracias a la colaboración de la Red Ruta Bética Romana y a la aportación de 95.000 euros de la Fundación Endesa que ha montado una espectacular iluminación nocturna.>>
M.J. Albert
Templo romano Córdoba

miércoles, 3 de julio de 2013

Temas 13, 15 y 16(1º). Hispania, 200 a.C-700 d.C. (mapas, ACTIVIDADES y textos ADAPTADOS): divisiones administrativas, conquista romana e invasiones germanas

Enlace con el texto original: socialesmoriles.blogspot.com.es/2012/05/tema-1-hispania-200-ac-700-dc-mapas-y.html

Actividades al final de la entrada.

Península Ibérica alrededor del 196 a.C
Iberia 196BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Península Ibérica alrededor del 156 a.C.
Iberia 156BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).
No fue hasta el año 197 a.C. [siglo II a.C.] cuando Roma organizó en provincias sus conquistas en Hispania. El Senado aumentó el número de pretores de dos a seis para enviar a dos de ellos a las nuevas provincias hispanas. Las nuevas provincias fueron: la Citerior al norte y la Ulterior al sur. Teniendo en cuenta que Ulterior quiere decir "lo que está de la parte más allá, más allá de, la lejana", y Citerior "situado de la parte de acá", los romanos designaron inicialmente la Citerior como la provincia más cercana a ellos y la Ulterior como la más alejada.
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, pág. 14.

Península Ibérica alrededor del 100 a.C.
Iberia 100BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Península Ibérica alrededor del 50 a.C.
Iberia 50BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Península Ibérica durante la Gran Guerra Civil Romana (49-45 a.C.)
Iberia 45BC
República romana (Roman Republic),  Pueblos nativos (Independent native people), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Ciudades romanas (Roman cities), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Guerras cántabras (29-19 a.C.)
Iberia 29-19BC
Enemigos de Roma (Enemies of Rome), Aliados de Roma (Allies of Rome), Fronteras en 29 a.C. (Borders in 29 BC)

Organización administrativa de Hispania (17 a.C.)
Iberia 17BC
Provincias imperiales (Imperial Provinces), Provincia senatorial (Senatorial Province), Capital de Provincia (Capital of province), Capital de convento jurídico (Capital of conventus).
La división de Hispania en provincias (Citerior y Ulterior) se mantuvo estable hasta la llegada al poder de Augusto. Este, tras concentrar todo el poder, llevó a cabo una profunda reforma de la organización política del Estado romano. Así en el año 17 a. C. organizó la Península Ibérica en tres provincias. La Hispania Citerior pasó a llamarse Tarraconense e incluyó en sus límites el territorio de Galicia y el norte de Portugal. Tuvo como capital la ciudad de Tarraco (actual Tarragona). La Ulterior fue dividida en dos nuevas provincias. Por un lado la Hispania Ulterior Bética, al sur del río Guadiana, que agrupaba la zona ampliamente romanizada del valle del Guadalquivir y que tenía su capital en Corduba. Por otro la Hispania Ulterior Lusitania, al norte del mismo río y con capital en Emerita Augusta (la actual ciudad de Mérida).
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, pág. 33.
En algunos casos, la enorme extensión de las provincias dificultaba su correcta administración y gobierno, sobre todo en el caso de la justicia. En un principio el gobernador se desplazaba por las diversas ciudades de su provincia, juzgando los casos que se presentaban ante él. Con el tiempo la provincia se dividió en zonas o distritos judiciales más pequeños, alrededor de las ciudades más importantes, que incluían también el territorio que las rodeaba. Así, se crearon los conventos jurídicos, que ya existían a finales del siglo I a.C. La Lusitania estaba dividida en 3 conventos, con capitales en Emerita Augusta, Scallabis (Santarem) y Pax Iulia (Beja). la Bética estaba dividida en 4 conventos con capitales en Hispalis (Sevilla), Corduba (Córdoba), Gades (Cádiz) y Astigi (Écija). La Tarraconense, la provincia con más extensión, estaba dividida en 7 conventos con capitales en Tarraco (Tarragona), Cartago Nova (Cartagena), Caesar Augusta (Zaragoza), Clunia (Coruña del Conde, en Burgos), Asturica Augusta (Astorga), Bracara Augusta (Braga) y Lucus Augusti (Lugo).
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, pág. 35.

División administrativa de Hispania (212)
Iberia 212 
El emperador romano Caracalla (211-217) llevó a cabo dos acciones en relación con las provincias hispanas.
Dejando de lado la primera, la segunda medida fue la creación de una nueva provincia, la Hispania Nova Citerior Antoniniana. Esta (separado de la Tarraconense) abarcaba el actual territorio de Galicia, el Norte de Portugal (al norte del río Duero), Asturias, León, Zamora y Valladolid. Aunque esta subdivisión desaparecerá en el año 238 [siglo III], parece que su existencia se debía a razones importantes o de peso. Así poco más tarde, a finales del siglo III [del 201 al 300], otro emperador, Diocleciano, creyó conveniente crear la nueva provincia de Gallaecia, que recordaba la división hecha por Caracalla.
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009.


División administrativa de Hispania (293)
Iberia 293
Capital de Provincia (Capital of province), Capital de convento jurídico (Capital of conventus).
Diocleciano inició pronto [293 d.C.-siglo III d.C.] la reforma de la división provincial del Imperio, con los siguientes objetivos: (1) reducir la extensión de las provincias, (2) mejorar su administración y gobierno, (3) reorganizar el ejército y (4) evitar, además, el peligro de nuevas usurpaciones. Hispania, que había mantenido su organización provincial desde la época de Augusto, vio ampliada a cinco el número de sus provincias. La Bética y la Lusitania mantuvieron su anterior extensión. En cambio la Tarraconense fue dividida en tres nuevas provincias: La Gallaecia, en el noroeste, que incluía el territorio de las actuales comunidades autónomas de Galicia y Asturias, parte de las provincias de León y Zamora y Portugal al norte de Duero; la Cartaginense, que abarcaba parte de las comunidades de Valencia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y la parte oriental (este) de Andalucía y Murcia; y la Tarraconense, que se redujo al territorio com prendido por las actuales comunidades de Cataluña, Aragón, Navarra, País Vasco, La Rioja y Cantabria. A esta división en cinco provincias se sumaría, a finales del siglo IV [del 301 al 400], la nueva provincia Baleárica, cuyo territorio se separó de la provincia Cartaginense.
A su vez las provincias romanas fueron agrupadas en diócesis. En Hispania se creó la  Diocesis Hispaniarum (Diócesis de las Hispanias). Esta agrupaba las cinco provincias mencionadas anteriormente, a las que se sumó la provincia norteafricana de Mauritania Tingitana (costa norte de Marruecos), la zona más próxima a la Península Ibérica. La razón de esta inclusión no fue otra que los amplios lazos y vínculos que unían el sur de la Península Ibérica con el norte de África. Cada diócesis estaba dirigida por un vicario, que en el caso hispano tenía residencia en la ciudad de Emerita Augusta.
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, págs. 124-125.

Área de asentamiento aproximado (409-429). Hispania romana.
Iberia 409-429
Vándalos asdingios (Vandals Hasdingi), Vándalos silingios (Vandals Silingi), Suevos (Suevi), Alanos (Alans), Capital de Provincia (Capital of province), Capital de convento jurídico (Capital of conventus).
Península Ibérica en 456
Iberia 455

Provincias de la España visigoda en el siglo VII
Iberia 700

Actividades:
  1. Busca información: ¿Qué eran las provincias para los romanos? ¿En cuantas provincias estaba dividida la Galia en tiempos de Augusto?
  2. Indica las dos provincias en las que los romanos dividieron Hispania en el 197 a.C. ¿Qué magistrados romanos estaban encargados de gobernarlas? ¿Qué territorio abarcaba cada una de ellas?
  3. ¿En qué año dividió Augusto Hispania en tres provincias? ¿Cuáles eran estas provincias? Indica los territorios actuales que abarcaban.
  4. ¿Para que servían los conventos jurídicos?
  5. ¿En qué año dividió Diocleciano Hispania en cinco provincias? ¿Cuáles eran estas provincias? Indica los territorios actuales que abarcaban.
  6. ¿Qué era la Diocesis de las Hispanias? ¿Quién la gobernaba?
  7. ¿Qué otra provincia romana de vida breve fue el antecedente de la provincia de Gallaecia?

martes, 2 de julio de 2013

Tema 12 y 15(1º). Textos ADAPTADOS y mapas sobre pueblos prerromanos: celtas e íberos

En el primer texto se mantiene el original, por ser de fácil lectura, mientras que en el segundo si se ha adaptado convenientemente. Para ver texto original: socialesmoriles.blogspot.com.es/2013/05/tema-12-y-15-textos-y-mapas-sobre.html
 

Tradicional interpretación de los pueblos prerromanos: celtas, íberos y celtíberos.
<<Los íberos llegaron por mar. Pusieron sus pies en las costas de levante y lentamente fueron penetrando en el interior, como si quisieran conquistar un castillo.>>
>>[...]>>
>>No solo los íberos, llegando por el mar, sino también los celtas, un poderoso pueblo que ya conocía las armas de hierro y que penetraría por tierra. Y en este caso superando otra gran dificultad: franquear ese mural tan impresionante que son las montañas de los Pirineos; por supuesto, por sus pasos más accesibles, sobre todo por los Pirineos orientales; esto es, por la actual Cataluña.>>
>>De ese modo, los celtas llegaron a España y alcanzaron el río Ebro. Y Ebro arriba, siguiendo el curso del río, en oleadas sucesivas, poniendo sus asentamientos cada vez más lejos, penetraron en la alta meseta castellana, posiblemente por el paso de Belorado.>>
>>[...] Y por ese portillo abierto, por ese estrecho desfiladero, aquellos pueblos celtas, que venían del centro de Europa y que estaban ansiosos de tierras y más tierras despobladas donde poner sus pies, montar sus hogares, pastorear con sus rebaños y cultivar sus praderas, fueron así, lentamente, poco a poco, atravesando la gran meseta y llegando hasta las tierras brumosas de la actual Galicia.>>
>>Íberos por el este y por el sur frente a los celtas llegados del norte, tenían que acabar encontrándose. ¿Un encuentro amistoso? A buen seguro que no.>>
>>Pero también hubo intercambios comerciales y, sobre todo, y esto sí que fue importante, relaciones amorosas.>>
>>¡Admirable! ¡Los celtas y los íberos uniéndose en buen amor y compaña! Y con tal éxito que surgiría una nueva raza, un nuevo pueblo, una mezcla de los unos y los otros, que así, y con toda propiedad, conocemos como los celtíberos.>>
FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel, Pequeña historia de España, Madrid, Espasa, 2010, págs 40-42.

Iberia 300BC
Traducción inglés/español. Linguistic groups/grupos lingüísticos: Turdetanian/turdetano; Tartessian (residual)/tartesio (residual); Celtic/céltico; Iberian/íbero; Aquitanian (Proto-Basque)/aquitano (protovasco); Indo-european (pre-Celtic)/ indoeuropeo (precéltico). Ethno-geographic groups/grupos etnogeográficos: Major groups/grupos principales; Secondary communities/comunidades secundarios. Main colonial foundings/principales fundaciones coloniales: Phoenician-Carthaginian/fenicio-cartaginés; Greek/griego.

Visión actual de los pueblos prerromanos: indoeuropeos, no indoeuropeos y colonizadores.
Si algo caracterizaba a la Península Ibérica en la época anterior a la conquista romana, era la gran diversidad de los pueblos que la habitaban. Aun así, podemos agrupar su territorio en el siglo III a.C (300-201 a.C.) desde el punto de la lengua que hablaban en dos grandes zonas, una de lengua indoeuropea, que abarcaba las partes occidental (oeste) y central de la península, y otra de lengua no indoeuropea, que incluía la parte más oriental (este) y meridional (sur) de la misma.
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 8.

Los pueblos de lengua no indoeuropea (íberos y turdetanos)
La zona que habitaban los pueblos de lengua no indoeuropea abarcaba las costas orientales (este) de la Península Ibérica. Allí se desarrolló entre los siglos VI y I a.C. la cultura íbera o ibérica, término que agrupa a un gran número de pueblos y tribus que compartían una cultura con los mismos objetos y una misma lengua. A pesar de estar formado por tribus independientes entre sí fueron considerados por los romanos como un solo pueblo. La cultura, la sociedad y la forma de gobierno de las tribus íberas sería el resultado la propia evolución de estas tribus y la influencia cultural y política ejercida por fenicios y griegos que habían fundado colonias en la costa mediterránea. En la zona de lengua íbera se diferencian tres grandes zonas: la de las costas meridionales (Andalucía), la franja de Levante (Valencia y Murcia) y la zona catalana. La población habitaba en oppida o ciudades fortificadas, y había desarrollado una intensa actividad agrícola, ganadera y minera de su territorio, con la que participaba activamente en el comercio con fenicios y griegos.
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 9.

Los pueblos de lengua indoeuropea (celtas y preceltas)
Por otra parte, entre los pueblos de lengua indoeuropea se hallaban los lusitanos, que ocupaban el territorio más occidental (oeste) de la península entre los ríos Tajo y Duero. Su economía estaba basada en la ganadería y la minería.
Al norte de los lusitanos se situaban los galaicos, que ocupaban el extremo noroeste (actual Galicia). Su economía estaba basada en la agricultura y, en menor proporción, en la ganadería, el marisqueo (recolección de marisco) y el comercio. Vivían en castros o asentamientos fortificados que no podían ser considerados ciudades. Al este de los galaicos estaban los astures y cántabros (en la actual Asturias y Cantabria).>>
>>En la zona del Sistema Ibérico y el este de la Meseta estaban establecidos los celtíberos, que eran el pueblo celta más importante en el momento de la llegada de los romanos. Los celtíberos poseían una fuerte diferenciación social (dirigentes, artesanos, comerciantes...) y ciudades (más proto-ciudades que ciudades propiamente dichas), como Numancia, con calles rectas que se cruzaban en ángulo recto y grandes viviendas. Estas eran ciuades-estado que controlaban un territorio bastante amplio. Además poseían moneda y una escritura propia.
Los vacceos y los vetones eran también pueblos importantes. Los primeros ocupaban el centro de la Meseta norte y tenían una agricultura ampliamente desarrollada. Sus asentamientos eran de gran tamaño y poseían también una fuerte diferenciación social. Los vetones que ocupaban el suroeste de la Meseta eran un pueblo ganadero ya que estaban asentados en tierras poco adecuadas para la agricultura y su población vivía en fortalezas con murallas defensivas.
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, págs. 9-10.

Los colonizadores (fenicios y griegos)
Finalmente, también localizamos en la Península Ibérica las colonias fundadas por fenicios y griegos, que se establecieron en la costa mediterránea en busca de materias primas, cobre y estaño, productos agrícolas y nuevos mercados con los que comerciar. Los primeros en llegar fueron los fenicios, que se establecieron en el sur, el este (levante) peninsular y las Islas Baleares, fundando ciudades como Gadir (Cádiz), Sexi (Almuñécar, en Granada), Abdera (Adra, en Almería) o Ebusus (Ibiza). Por su parte, los griegos ocuparon la zona costera septentrional (norte mediterráneo), estableciéndose en colonias como Emporion (Empúries, Girona) o Rhode (Roses, Girona).
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 10.

jueves, 16 de mayo de 2013

Tema 12 y 15(1º). Textos y mapas sobre pueblos prerromanos: celtas e íberos

Tradicional interpretación de los pueblos prerromanos: celtas, íberos y celtíberos.
<<Los íberos llegaron por mar. Pusieron sus pies en las costas de levante y lentamente fueron penetrando en el interior, como si quisieran conquistar un castillo.>>
>>[...]>>
>>No solo los íberos, llegando por el mar, sino también los celtas, un poderoso pueblo que ya conocía las armas de hierro y que penetraría por tierra. Y en este caso superando otra gran dificultad: franquear ese mural tan impresionante que son las montañas de los Pirineos; por supuesto, por sus pasos más accesibles, sobre todo por los Pirineos orientales; esto es, por la actual Cataluña.>>
>>De ese modo, los celtas llegaron a España y alcanzaron el río Ebro. Y Ebro arriba, siguiendo el curso del río, en oleadas sucesivas, poniendo sus asentamientos cada vez más lejos, penetraron en la alta meseta castellana, posiblemente por el paso de Belorado.>>
>>[...] Y por ese portillo abierto, por ese estrecho desfiladero, aquellos pueblos celtas, que venían del centro de Europa y que estaban ansiosos de tierras y más tierras despobladas donde poner sus pies, montar sus hogares, pastorear con sus rebaños y cultivar sus praderas, fueron así, lentamente, poco a poco, atravesando la gran meseta y llegando hasta las tierras brumosas de la actual Galicia.>>
>>Íberos por el este y por el sur frente a los celtas llegados del norte, tenían que acabar encontrándose. ¿Un encuentro amistoso? A buen seguro que no.>>
>>Pero también hubo intercambios comerciales y, sobre todo, y esto sí que fue importante, relaciones amorosas.>>
>>¡Admirable! ¡Los celtas y los íberos uniéndose en buen amor y compaña! Y con tal éxito que surgiría una nueva raza, un nuevo pueblo, una mezcla de los unos y los otros, que así, y con toda propiedad, conocemos como los celtíberos.>>
FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel, Pequeña historia de España, Madrid, Espasa, 2010, págs 40-42.

Iberia 300BC
Traducción inglés/español. Linguistic groups/grupos lingüísticos: Turdetanian/turdetano; Tartessian (residual)/tartesio (residual); Celtic/céltico; Iberian/íbero; Aquitanian (Proto-Basque)/aquitano (protovasco); Indo-european (pre-Celtic)/ indoeuropeo (precéltico). Ethno-geographic groups/grupos etnogeográficos: Major groups/grupos principales; Secondary communities/comunidades secundarios. Main colonial foundings/principales fundaciones coloniales: Phoenician-Carthaginian/fenicio-cartaginés; Greek/griego.

Visión actual de los pueblos prerromanos: indoeuropeos, no indoeuropeos y colonizadores.
<<Si algo caracterizaba a la Península Ibérica en la época anterior a la conquista romana, era la gran diversidad de los pueblos que la habitaban. Aun así, podemos agrupar su territorio en el siglo III a.C. desde el punto de vista lingüístico en dos grandes zonas, una indoeuropea, que abarcaba las partes occidental y central de la península, y una no indoeuropea, que englobaba la franja más oriental y meridional.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 8.

Los no indoeuropeos (los íberos y turdetanos)
<<La zona no indoeuropea abarcaba las costas orientales [del este] de la Península Ibérica, donde se desarrolló entre los siglos VI y I a.C. la cultura íbera, término que agrupa a un gran número de pueblos que, aunque no formaban una unidad política, compartían una cultura material identificable arqueológicamente, una lengua con varios dialectos, y fueron considerados por los romanos como un colectivo con entidad propia. Esta realidad social y política íbera sería el resultado de la interacción entre la evolución propia de las poblaciones indígenas y la influencia ejercida por los colonizadores orientales. Se diferencian tres grandes zonas dentro del panorama ibero, la de las costas meridionales, la franja de Levante y la zona catalana. La población estaba asentada en oppida o ciudades fortificadas, y había desarrollado una intensa explotación agropecuaria y minera de su territorio, con la que participaba activamente en el comercio mediterráneo.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 9.

Los indoeuropeos (celtas y preceltas)
<<Por otra parte, entre los pueblos de raíz indoeuropea se hallaban los lusitanos, que ocupaban el territorio más occidental de la península entre el Tajo y el Duero. Su economía estaba basada en la ganadería y la minería.[…]>>
>>[…]>>
>>Al norte de los lusitanos se situaban los galaicos, que ocupaban el extremo noroeste. Su economía estaba basada en la agricultura y, en menor proporción, en la ganadería, el marisqueo y el comercio. Vivían en castros o asentamientos fortificados con escaso desarrollo urbano y poseían una lengua propia. Al este de los galaicos estaban los astures y cántabros, de los que hablaremos más adelante.>>
>>En la zona del Sistema Ibérico y el este de la Meseta estaban establecidos los celtíberos, que eran el pueblo celta más importante en el momento de la llegada de los romanos. Los celtíberos poseían una fuerte jerarquización social y un avanzado urbanismo, con oppida como Numancia, con un trazado ortogonal y grandes viviendas, que pueden considerarse verdaderas proto-ciudades y que controlaban un territorio estructurado bastante amplio. Además poseían moneda y una escritura propia.>>
>>Los vacceos y los vetones eran también pueblos importantes. Los primeros ocupaban el centro de la Meseta norte y tenían una agricultura ampliamente desarrollada. Sus asentamientos eran de gran tamaño y poseían también una destacada jerarquización social. Los vetones que ocupaban el suroeste de la Meseta eran un pueblo ganadero ya que estaban asentados en tierras poco aptas para la agricultura y su población vivía en oppida con murallas defensivas.>> (subrayado mío)
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, págs. 9-10.

Los colonizadores (fenicios y griegos)
<<Finalmente, también localizamos en el suelo peninsular las colonias fundadas por fenicios y griegos, que se establecieron en la costa mediterrá nea en busca de materias primas, cobre y estaño, productos agrícolas y nuevos mercados con los que comerciar. Los primeros en llegar fueron los fenicios, que se establecieron en el sur, el levante peninsular y las islas Baleares, fundando ciudades como Gadir (Cádiz), Sexi (Almuñécar, en Granada), Abdera (Adra, en Almería) o Ebusus (Ibiza). Por su parte, los griegos ocuparon la zona costera septentrional, estableciéndose en colonias como Emporion (Empúries, Girona) o Rhode (Roses, Girona).>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 10.

domingo, 13 de mayo de 2012

Tema (1º). Hispania, 200 a.C.-700 d.C. (mapas y textos): división administrativa, conquista romana e invasiones germanas

Península Ibérica alrededor del 196 a.C
Iberia 196BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Península Ibérica alrededor del 156 a.C.
Iberia 156BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).
<<Aún así, no fue hasta el año 197 a.C. [siglo II a.C.], cuando Roma definió territorialmente sus conquistas [en Hispania]. El Senado aumentó el número de pretores a seis [enlace con entrada], para enviar a dos de ellos a sus nuevas provincias hispanas, la Citerior al norte y la Ulterior al sur. Teniendo en cuenta que Ulterior quiere decir "lo que está de la parte más allá, más allá de, la lejana", y Citerior "situado de la parte de acá", los romanos designaron inicialmente la Citerior como la provincia más cercana a ellos y la Ulterior como la más alejada. [...]>>
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, pág. 14.

Península Ibérica alrededor del 100 a.C.
Iberia 100BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Península Ibérica alrededor del 50 a.C.
Iberia 50BC
República romana (Roman Republic), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Pueblos nativos (Native people), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Península Ibérica durante la Gran Guerra Civil Romana (49-45 a.C.)
Iberia 45BC
República romana (Roman Republic),  Pueblos nativos (Independent native people), Ciudades-Estado griegas (Greek City-states), Ciudades romanas (Roman cities), Grupos etnico-geográficos (Ethno-geographic groups), Principales grupos (Major groups), Comunidades secundarias (Secundary communities).

Guerras cántabras (29-19 a.C.)
Iberia 29-19BC
Enemigos de Roma (Enemies of Rome), Aliados de Roma (Allies of Rome), Fronteras en 29 a.C. (Borders in 29 BC)

Organización administrativa de Hispania (17 a.C.)
Iberia 17BC
Provincias imperiales (Imperial Provinces), Provincia senatorial (Senatorial Province), Capital de Provincia (Capital of province), Capital de convento jurídico (Capital of conventus).
<<La administración provincial se mantuvo estable hasta la llegada al poder de Augusto, el cual, tras concentrar en sus manos todo el poder del Estado romano, llevó a cabo una profunda reforma política. Así, la península se organizó en tres provincias [en el 17 a. C.-siglo I a.C.]. La Hispania Citerior pasó a llamarse Tarraconense, e incluyó en sus límites el territorio de Galicia y el norte de Portugal, teniendo como capital la ciudad de Tarraco. Por su parte la Ulterior fue dividida en dos nuevas provincias, la Hispania Ulterior Bética, al sur del río Guadiana, que agrupaba la zona ampliamente romanizada del valle del Guadalquivir y que tenía su capital en Corduba, y la Hispania Ulterior Lusitania, al norte del mismo río y con capital en Emerita Augusta (la actual ciudad de Mérida, en la provincia de Cáceres), en la que la urbanización era escasa y reciente.>> (subrayado mío)
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, pág. 33.
<<En algunos casos, la enorme extensión de las provincias dificultaba su correcta administración, sobre todo en el caso de la justicia. Si en un principio el gobernador se desplazaba por las diversas ciudades de su jurisdicción, dictaminando sobre las causas que se presentaban ante él, con el tiempo se fueron estructurando distritos judiciales más pequeños, alrededor de las ciudades más importantes, que incluían también su territorio circundante. Así, se fueron creando los conventos jurídicos, que ya existían a finales del siglo I a.C. Gracias a las fuentes escritas romanas conocemos su distribución en Hispania. La Lusitania estaba dividida en 3 conventos, con capitales en Emerita Augusta, Scallabis y Pax Iulia (estas dos últimas, las actuales ciudades de Santarem y Beja, en Portugal); la Bética en 4, con capitales en Hispalis (la actual Sevilla), Corduba, Gades (Cádiz) y Astigi (Écija); y la Tarraconense, la provincia con más extensión, en 7, con capitales en Tarraco, Cartago Nova, Caesar Augusta (Zaragoza), Clunia (Coruña del Conde, en Burgos), Asturica Augusta (Astorga, en León), Bracara Augusta (Braga, en Portugal) y Lucus Augusti (Lugo).>> (subrayado mío)
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, pág. 35.

División administrativa de Hispania (212)
Iberia 212
<<Con respecto a Caracalla [emperador romano entre 211 y 217, siglo III] dos son las actuaciones que llevó a cabo en relación a las provincias hispanas. [...]>>
>>La segunda medida destacable, que solo afectó al territorio hispano, fue la creación de una nueva provincia, la Hispania Nova Citerior Antoniniana, que abarcaba el actual territorio de Galicia, el área de Portugal al norte del Duero, y lo que hoy es la comunidad autónoma del Principado de Asturias y las provincias castellano-leonesas de León, Zamora y Valladolid. [...] Aunque esta subdivisión desaparecerá en el año 238 [siglo III], parece que su existencia estaba avalada por razones de peso, ya que poco más tarde, a finales del siglo III [del 201 al 300], el emperador Diocleciano, como ya veremos, creyó conveniente crear la nueva provincia de Gallaecia, que recordaba la división hecha por Caracalla.>> (subrayado mío)
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009.


División administrativa de Hispania (293)
Iberia 293
Capital de Provincia (Capital of province), Capital de convento jurídico (Capital of conventus).
<<Diocleciano inició pronto [293 d.C.-siglo III d.C.] la reforma de la organización provincial del Imperio, con el objetivo de reducir la extensión de las provincias, mejorar su administración, reestructurar el ejército y evitar, además, el peligro de nuevas usurpaciones. Hispania, que había mantenido su organización provincial desde la época de Augusto, vio ampliada a cinco el número de sus provincias. Si bien la Bética y la Lusitania mantuvieron su ordenación anterior, no fue así en el caso de la Tarraconense, la provincia hispana con más extensión territorial, que fue dividida en tres nuevas provincias: La Gallaecia, en el noroeste, que incluía el territorio de las actuales comunidades autónomas de Galicia y Asturias, parte de las provincias de León y Zamora y Portugal al norte de Duero; la Cartaginense, que abarcaba parte de las comunidades de Valencia, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Madrid y la parte oriental de Andalucía y Murcia; y la Tarraconense, que se redujo al territorio com prendido por las actuales comunidades de Cataluña, Aragón, Navarra, País Vasco, La Rioja y Cantabria. A esta organización se sumaría, a finales del siglo IV [del 301 al 400], la provincia Baleárica, cuyo territorio se desgajó de la provincia Cartaginense.>> 
>>[...]>>
>>[...] La Diocesis Hispaniarum, cuya traducción literal sería Diócesis de las Hispanias, pasó a agrupar las cinco provincias mencionadas anteriormente, a las que se sumó la provincia de Mauritania Tingitana, la zona litoral africana más próxima a la Península Ibérica. La razón de esta inclusión no fue otra que los amplios lazos políticos, militares y socioeconómicos que unían el sur de la Península Ibérica con el norte de África desde época republicana. Cada diócesis estaba dirigida por un vicario, que en el caso hispano tenía residencia en la ciudad de Emerita Augusta.>> (subrayado mío)
PISA SÁNCHEZ, José, Breve Historia de Hispania, Madrid, Ediciones Nowtilus, 2009, págs. 124-125.

Área de asentamiento aproximado (409-429). Hispania romana.
Iberia 409-429
Vándalos asdingios (Vandals Hasdingi), Vándalos silingios (Vandals Silingi), Suevos (Suevi), Alanos (Alans), Capital de Provincia (Capital of province), Capital de convento jurídico (Capital of conventus).
Península Ibérica en 456
Iberia 455

Provincias de la España visigoda en el siglo VII
Iberia 700