jueves, 20 de noviembre de 2014

Tema 10(2º). Texto sobre los consejos: el Consejo de Castilla en tiempos de Felipe III

El Consejo de Castilla o Consejo Real era el órgano de gobierno más alto que había en este reino, y a su presidente se le consideraba la segunda persona más importante después del rey. Durante el reinado de Felipe III, estaba formado, según las ordenanzas, por un presidente, dieciséis consejeros y dos fiscales, aunque en realidad el número de miembros era bastante mayor debido a la presencia de no pocos consejeros supernumerarios. Se reunía a diario en sesión plenaria, excepto domingos y festivos, pero se dividía en salas que tenían áreas de competencia y jurisdicción específicas, entre las que se hallaba sobre todo la Cámara de Castilla, que controlaba el patronazgo y los nombramientos. Cada viernes, se celebraba la famosa consulta del viernes, en el transcurso de la cual el consejo en pleno, rodeado de un rico ceremonial, informaba al rey, mientras que a su término el presidente se reunía con él en audiencia secreta.
ELLIOT, J.H., El conde-duque de Olivares. El político en una época de decadencia, Barcelona, Mondadori, 1998, p. 125.
Palacio del Duque de Uceda (Madrid) 01.jpg
«Palacio del Duque de Uceda (Madrid) 01» por Luis García (Zaqarbal) - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Tema 11(2º). Texto sobre el arte Barroco

<<[...] Sus artistas se proclamaron herederos del Renacimiento, declarando que aceptaban sus reglas. Pero las violaban sistemáticamente. El Renacimiento había sido equilibrio, medida, sobriedad, racionalismo, lógica. El Barroco fue movimiento, ansia de novedad, amor por lo infinito y lo no finito, por los contrastes y por la mezcla audaz de todas las artes. Fue tan dramático, exuberante y teatral, como serena y contenida había sido la época precedente.>>
>>El hecho es que las finalidades de los dos movimientos eran diferentes y, por tanto, se adoptaban medios diversos. O, más bien, opuestos. El Renacimiento se dirigía a la razón: quería, sobre todo, convencer. El Barroco, en cambio, apelaba al instinto, a los sentidos, a la fantasía: es decir, tendía fascinar. No por casualidad había nacido como instrumento artístico de la Iglesia católica, que en ese periodo tendía a recuperar a los herejes, o por lo menos a consolidar la fe de los creyentes, impresionándolos con toda su majestad.>>
CONTI, Flavio, Como reconocer el arte Barroco, Barcelona, EDUNSA, 1993, pág. 4.
Dome San Carlo alle Quattro Fontane 2006
Cúpula de San Carlos de las cuatro fuentes de Borromini
Fuente: «Dome San Carlo alle Quattro Fontane 2006» por Jastrow - Trabajo propio. Disponible bajo la licencia Public domain vía Wikimedia Commons.

<<[...] Refiriéndose [el historiador del arte Heinrich Wölfflin y sus seguidores] siempre al arte del siglo XVII y principios del XVIII, definieron como barrocas aquellas obras en las que aparecían determinadas características: la búsqueda del movimiento, tanto real (una pared ondulada, una fuente en la que el agua cae en formas siempre nuevas), como sugerido (un personaje retratado durante una acción violenta o un esfuerzo); la tentativa de representar, o sugerir, el infinito (un camino que se pierde en el horizonte, un fresco simulando una bóveda celeste, un juego de espejos que altere y haga irreconocibles las perspectivas); la importancia dada a la luz y a los efectos luminosos en la percepción final y en la concepción misma de la obra de arte; el gusto por lo teatral, por lo escenográfico, por lo fastuoso; la tendencia a no representar los confines de las disciplinas, es decir a mezclar, arquitectura, escultura y pintura. [...]>>
CONTI, Flavio, Como reconocer el arte Barroco, Barcelona, EDUNSA, 1993, págs. 8 y 9.




domingo, 9 de noviembre de 2014

Tema 11(2º). Diferecias del Barroco con el Renacimiento

¿En qué se diferencia el Barroco del arte renacentista?
            Renacimiento                                      Barroco

                 Siglos XV y XVI-------------------------------------Siglos XVII y parte del s. XVIII

                  Racionalismo-------------------------------------------Emocional e irracional

           Clasicismo (sigue clásicos)-------------------------------- Rompe con el clasicismo

                 Simetría y orden-------------------------------------------------Irregular

                    Simplicidad--------------------------------------------------Complejidad

viernes, 7 de noviembre de 2014

Tema 2(1º). Textos ADAPTADOS sobre volcanes y terremotos

Los volcanes son estructuras en forma de cono o de domo, formadas por la emisión de lava y gases a través de un pequeño orificio de la superficie terrestre. El magma asciende por un estrecho conducto, quedando una reserva de magma en la parte inferior. Al alcanzar la superficie, el material ígneo puede extenderse como una lengua de lava o puede proyectarse como partículas sólidas expulsadas bajo la presión de los gases. La forma y dimensiones de los volcanes son muy variados, dependiendo del tipo de lava y de la existencia o no de partículas sólidas proyectadas por el mismo. La naturaleza de una erupción volcánica, sea explosiva o no, depende del tipo de magma.
Un aspecto importante es que las lavas félsicas tienen un alto grado de viscosidad (resistencia a fluir con facilidad) y poseen grandes cantidades de gas bajo presión. Como consecuencia, estas lavas producen erupciones explosivas. Por el contrario, las lavas máficas son muy fluidas (bajo viscosidad) y poseen poco gas, dando como resultado erupciones tranquilas y que la lava atraviese largas distancias, extendiéndose en finas capas.
Los conos volcánicos altos y escarpados están producidos por lava félsicas. Estos conos generalmente están cortados en la cima, donde se localiza una depresión, el cráter. En estas erupciones volcánicas, los materiales caen en el área que rodea al cráter y contribuyen a formar la estructura del cono. Se incluyen también las bombas volcánicas. Estas masas solidificadas de lava alcanzan el tamaño de grandes cantos rodados y caen cerca del cráter. El fino polvo volcánico asciende hacia la atmósfera, donde permanece suspendido durante años.
Otra importante forma de emisión de los volcanes explosivos es una nube de gases incandescentes y ceniza fina. Conocida como nube ardiente, desciende rápidamente por la ladera del cono volcánico, quemando todo lo que encuentra a su paso.
STRAHLER, Arthur N. y STRAHLER, Alan H., Geografía Física, Barcelona, Ediciones Omega, 1988, p. 250.
Volcano scheme.svg
Fuente: 
«Volcano scheme» por MesserWoland - own work created in Inkscape. Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.
Sección transversal de un estratovolcán (la escala vertical se ha exagerado):
1. Cámara magmática
2. Lecho de roca
3. Chimenea
4. Base
5. Lámina
6. Fisura
7. Capas de ceniza emitida por el volcán
8. Flanco
9. Capas de lava emitidas por el volcán
10. Garganta
11. Cono secundario
12. Flujo de lava (colada)
13. Ventiladero
14. Cráter
15. Columna eruptiva
Un terremoto es un movimiento de la superficie del suelo, que puede ir desde un ligero temblor a un violento movimiento capaz de destruir edificios y de abrir grietas en el suelo. El terremoto es una forma de energía ondulatoria transmitida a través de la capa superficial de la tierra en círculos concéntricos a partir de un punto de liberación repentina de energía -el foco del terremoto. Como las olas que se producen cuando se lanza una piedra a un estanque tranquilo, las ondas sísmicas se desplazan en todas las direcciones, perdiendo energía gradualmente.
La actividad sísmica, la sucesión repetida de terremotos, muestra una importante relación geográfica con los límites de las placas tectónicas. La mayor intensidad de actividad sísmica se concentra en los márgenes de las placas convergentes. Las fuertes presiones creadas por el contacto de las dos placas, son alividadas por repentinos deslizamientos de las fallas (líneas de separación), los cuales generan terremotos de gran intensidad.
Los límites de transformación también son lugares de intensa actividad sísmica, con terremotos que oscilan de moderados a fuertes.
Los límites de divergencia son una tercera zona de actividad sísmica relacionadas con las placas tectónicas. Son terremotos menores producidos a poca profundidad.
STRAHLER, Arthur N. y STRAHLER, Alan H., Geografía Física, Barcelona, Ediciones Omega, 1988, p. 261 y 263.
Quake epicenters 1963-98.png
«Quake epicenters 1963-98» por NASA, DTAM project team - http://denali.gsfc.nasa.gov/dtam/seismic/. Disponible bajo la licencia Public domain vía Wikimedia Commons.

Tema 1(1º). Texto sobre las reproducciones a escala de la Tierra

Cuestiones sobre el texto:
  1. ¿Cómo representan los globos y los mapas la Tierra?
  2. ¿Cuál es la definición de escala que nos da el texto?
  3. ¿Cuál es la ventaja de representar la escala mediante una fracción?
  4. ¿Cuál es la escala que se utiliza más comúnmente?
  5. Si la escala 1 cm: 650 km no se puede representar en forma de fracción al ser medidas distintas. ¿Con qué otro tipo de escala se puede representar?

Todos los globos y mapas representan las características de la tierra a un tamaño mucho menor que el que poseen en realidad. Los globos están pensados en principio para ser modelos perfectos de la tierra, diferenciándose de ella únicamente en tamaño, pero manteniéndose las formas. la escala de un globo será, por tanto, la relación entre el tamaño del globo y el tamaño de la tierra, tamaño que debe ser expresado en alguna medida de longitud o distancia (pero no de área o volumen). Tomemos, por ejemplo, un globo de 20 cm de diámetro que represente la tierra. cuyo diámetro real se acerca a los 13.000 km. La escala del globo será la relación entre 20 cm y 13.000 km. Di dividimos 13.000 entre 20, podremos expresar la escala de la siguiente forma: 1 cm sobre el globo representa 650 km en la realidad. Esta afirmación es válida para determinar la distancia entre dos puntos cualquiera del globo.
La escala se utiliza más comúnmente como una fracción simple que se obtiene expresando las distancias del globo y de la tierra en la misma unidad de medida, en este caso en centímetros:

1 cm en el globo : 650 km en la tierra = 1 cm : 650x100.000 = 1 : 65.000.000

La ventaja de este sistema de representar la escala a través de una fracción, es que es totalmente independiente de las unidades de medida, siendo válida para pies, millas, metros, kilómetros o cualquier otra unidad. Sea cual sea su nacionalidad, cualquier persona puede comprender esa fracción, independientemente de su idioma o de las unidades de medida que utilice.
STRAHLER, Arthur N. y STRAHLER, Alan H., Geografía Física, Barcelona, Ediciones Omega, 1989, p. 9
Behaim Globus.jpg
«Behaim Globus» per Pirkheimer - Treball propi. Disponible sota la llicència CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons.

Temas 1(1º). Texto sobre la esfericidad de la Tierra (Texto adaptado)

The Earth seen from Apollo 17.jpg
"The Earth seen from Apollo 17" door NASA/Apollo 17 crew; taken by either Harrison Schmitt or Ron Evans - http://www.nasa.gov/images/content/115334main_image_feature_329_ys_full.jpg
Alt: http://grin.hq.nasa.gov/ABSTRACTS/GPN-2000-001138.html (direct link). Licentie Public domain via Wikimedia Commons.
En la época de los satélites artificiales, la forma esférica de la tierra es un hecho evidente que tendríamos dificultades en imaginarnos a nosotros mismos viviendo en los tiempos en que la extensión y configuración de la tierra eran completamente desconocidas. En aquellos tiempos, los navegantes que atravesaban el Mediterráneo veían la superficie del mar perfectamente lisa, acabándose en un horizonte circular. Basándose en esta percepción habían deducido que la tierra tenía forma de un disco plano y, por ello, si navegaban en dirección a sus bordes, los barcos acabarían por caer en algo desconocido. Sin embargo, esos mismos navegantes esos mismos navegantes podrían haber percibido que la superficie de la tierra no es plana sino curvada, como una pequeña parte de una esfera, a través de la observación de que el sol ilumina las cimas de las nubes y de las montañas altas antes de la salida del sol y después de su puesta.
Una prueba de la esfericidad de la tierra puede hallarse a partir de las observaciones en el mar. Cuando un barco se aleja más y más en la costa, parece que se hunde lentamente por debajo del nivel del mar. Visto a través de los prismáticos o de un telescopio, la superficie del mar parecerá ascender hasta que las cubiertas estén inundadas, y, entonces, gradualmente se sumergirán la chimenea y los mástiles hasta que al final sólo el humo sea visible sobre el horizonte.
STRAHLER, Arthur N. y STRAHLER, Alan H., Geografía Física, Barcelona, Ediciones Omega, 1989, pp. 3 y 4.
Shiphorp.jpg
"Shiphorp" by Anton - Own work. Licensed under CC BY-SA 2.5 via Wikimedia Commons.

Tema 2(2º). La vida en el feudo: el campesino Bodo (Texto adaptado)


Hace tiempo, en segundo de carrera, tuve el gusto de leer la obra de la historiadora británica Eileen Power (1889-1940) titulada Gente medieval. En este libro, que escribió en 1922, la autora narra con gran rigor histórico la vida de una serie de personajes medievales de distinto origen: Bodo el campesino de Saint Germain des Près, Marco Polo... Os recojo parte de la historia de Bodo. Creo que disfrutaréis pues lo hace con una sensibilidad muchas veces ajena a los historiadores. El lenguaje es sencillo y directo, sólo he adaptado algunos términos referidos a las partes del feudo para evitar despistes y confusiones. Espero que os guste y si os encontráis este libro no dejéis de leerlo.
La abadía de Saint-Germain poseía una pequeña finca, Villaris, ubicada cerca de París donde vivían un hombre llamado Bodo, su esposa Ermentrude y sus tres hijos, Wido, Gerbert e Hildegard.
Una hermosa mañana de primavera Bodo se levanta muy temprano, porque es el día que le corresponde trabajar en las tierras de los monjes y no se atreve a llegar tarde por temor al administrador. Probablemente para mayor seguridad, la semana anterior le ha regalado huevos y legumbres a fin de que esté de buen talante. Como es el día que le corresponde arar, se pone en marcha con su gran buey y con su pequeño Wido, para que corra fuerte al animal con una picana, y se reúne con camaradas de algunos de los manso cercanos que también van a trabajar a la reserva de la casa grande. Todos se congregan, algunos provistos de caballos y bueyes, otros de zapapicos, azadones, jalas, hachas y guadañas, y luego se alejan en grupos para trabajar en los sembrados y montes del reserva señorial, de acuerdo con las órdenes impartidas por el administrador.
Bodo se aleja silbando y tiritando de frío con su buey y su muchachito, y no vale la pena acompañarlo porque ara todo el día y merienda debajo de un árbol con los otros labradores. Por fin, Bodo regresa a la hora de la comida, y tan pronto como se pone el sol se acuestan, pues sus velas fabricadas a mano dan solo una luz vacilante y además, todos deben levantarse temprano por la mañana.
Bodo era muy supersticioso. Ya hacía muchos años que los francos eran cristianos: pero así y todo, el labriego se aferraba a viejas creencias. Los campesinos recitaban antiquísimos conjuros, trozos de canciones o jirones de los hechizos  y palabras mágicas para lograr que sus campos fueran fértiles. Prudentemente la Iglesia no se opuso a estos antiguos ritos, aunque también enseñó a Bodo a orar en salmos.
Cuando Bodo se confesaba, el sacerdote solía preguntarle: “¿Has consultado a magos o hechiceros; has hecho promesas solemnes a árboles y fuentes; has bebido algún filtro mágico?” y Bodo se veía obligado a confesar lo que había hecho la última vez que su vaca estuvo enferma.
La Iglesia actuaba con bondad. Como decía un obispo a sus sacerdotes: “No debéis hacer ayunar a los siervos, tanto como a los ricos; dadles solamente la mitad de la penitencia”. La Iglesia sabía muy bien que Bodo no podría arar todo el día con el estómago vacío; en cambio los nobles francos, cazadores, bebedores, y comilones, podrían arreglárselas sin una comida.
La Iglesia dispuso que los domingos y fiestas de guardar no se hiciera ningún trabajo servil o de otra especie, sea cumplir labores rústicas, cuidar los niños, arar los campos, plantar setos, construir cercas de madera, talar árboles, cazar o acudir a los tribunales de justicia. Empero es lícito hacer tres clases de servicios de transporte, a saber: acarrear para el ejército, transportar alimentos o llevar el cuerpo de un señor a su tumba, si fuera necesario.
Del mismo modo, las mujeres no harán sus trabajos textiles, ni cortarán géneros, ni los coserán, ni cardarán lana, ni batirán cáñamo, ni lavarán ropa en público, ni esquilarán ovejas.
“Y así ha de haber descanso en el Día del Señor. Mas permitidles que acudan de todos los confines a fin de asistir a la misa que se celebra en la iglesia”.
Los días de fiesta tenían la costumbre de pasar bailando y bromeando, como lo ha hecho siempre la gente de campo. Algunas veces Bodo no bailaba, sino que escuchaba las canciones de los juglares vagabundos.
Una vez por año Bodo disfrutaba de otro esparcimiento, pues regularmente el nueve de octubre, cerca de las puertas de París, se inauguraba la gran fiesta de San Dionisio, que duraba un mes entero. Una semana antes de la fecha indicada, comenzaban a brotar tiendecillas, en cuyos frentes abiertos los mercaderes podían exhibir sus productos. Entonces, las calles de París se atestaban de mercaderes; y en los puestos de la feria se trocaban trigo, vino y miel de la región por mercaderías más raras procedentes de comarcas extranjeras. Seguramente Bodo se tomaba vacaciones y concurría a la feria. En verdad, ese mes, al administrador le debe de haber costado mucho trabajo retener a los hombres en sus tareas. Pero Bodo, Ermentrude y sus tres hijos, engalanados con sus mejores atavíos no creían que ir a la feria, hasta dos o tres veces, fuera perder tiempo. Alegaban que les era imprescindible comprar sal para sazonar la carne que se consumía en invierno o tintura bermellón para teñir una blusa de niño; pero en realidad deseaban contemplar los insólitos objetos reunidos en los puestos, que los mercaderes traían del lejano Oriente a fin de venderlos a los superiores de Bodo.
Estos mercaderes solían ser venecianos, aunque con mayor frecuencia se trataba de sirios o judíos.
Bodo solía escuchar cuentos en variadas lenguas y dialectos, pues en las callejuelas se codeaban individuos procedentes de Sajonia y España, Provenza, Lombardía, Inglaterra e Irlanda. Además, siempre había malabaristas y titiriteros, juglares y hombres con osos, acróbatas que sonsacaban a Bodo las pocas monedas que tenía en el bolsillo.
Y por cierto, sin duda, sería una familia muy cansada y muy feliz, aquélla que dando tumbos en el carromato regresaba al hogar, y al instante se iba a la cama. Realmente vale la pena pasar unos minutos con Bodo en su pequeño manso. En gran parte, la historia está integrada por hombres como Bodo.
POWER, Eileen, Gente medieval, Barcelona, Ariel, 1988.