Texto del profesor norteamericano Charles Tilly.
<<La reanudación de la guerra con Francia en 1635 indujo a la corona a incrementar notablemente sus demandas de apoyo económico a todos los sectores de la población. Desde hacía unos años el valido de Felipe IV, Olivares, ejercía una dura presión sobre Cataluña para conseguir hombres y dinero para la guerra con Francia [unión de armas]. Olivares organizó una campaña desde Cataluña, para forzar la colaboración de los catalanes en el esfuerzo militar, pero su actitud provocó un amplio movimiento de resistencia. En junio de 1640, una multitud de segadores dio muerte en Barcelona al virrey, el conde de Santa Coloma. Poco después, tropas castellanas avanzaron sobre Cataluña, mientras las personalidades políticas catalanas intentaban obtener ayuda de Francia. El presidente de la Diputació [Generalitat], el canónigo Pau Claris, preservó la autoridad de la institución proclamando a Cataluña como una república independiente. El conflicto se prolongo hasta 1652, año en el que los catalanes se reintegraron al imperio con las mismas libertades de las que gozaban antes de separarse de él, pero la paz con Francia, en 1659 [Paz de los Pirineos], implicó la pérdida del Rosellón, el Conflent y parte de la Cerdaña, que los franceses consiguieron arrebatar a Felipe IV.>>
>>En el curso de la revuelta catalana, Olivares ordenó al duque de Braganza y a la nobleza portuguesa, que no habían perdido la esperanza de recuperar su antigua autonomía, que ayudaran a los castellanos en el ataque contra Cataluña. Pero esa orden provocó una conspiración en Lisboa, que desembocó en la toma del palacio real, la ejecución y expulsión de los representantes de la monarquía y la proclamación de Braganza como rey, con la denominación de Juan IV. Durante cerca de treinta años los ejércitos españoles intentaron, sin éxito, someter a los portugueses, pero en 1668 España reconoció finalmente la independencia de Portugal, [...]>>
TILLY, Charles, Las revoluciones europeas, 1492-1992, Barcelona, Crítica, 2000, p. 113.