El pensamiento mercantilista se puede sintetizar a través de las nueve reglas de Von Hornick:
- Que cada pulgada del suelo de un país se utilice para la agricultura, la minería o las manufacturas.
- Que todas las materias primas que se encuentren en un país se utilicen en las manufacturas nacionales, porque los bienes acabados tienen un valor mayor que las materias primas
- Que se fomente una población grande y trabajadora.
- Que se prohíban todas las exportaciones de oro y plata y que todo el dinero nacional se mantenga en circulación.
- Que se obstaculicen tanto cuanto sea posible todas las importaciones de bienes extranjeros
- Que donde sean indispensables determinadas importaciones deban obtenerse de primera mano, a cambio de otros bienes nacionales, y no de oro y plata.
- Que en la medida que sea posible las importaciones se limiten a las primeras materias que puedan acabarse en el país.
- Que se busquen constantemente las oportunidades para vender el excedente de manufacturas de un país a los extranjeros, en la medida necesaria, a cambio de oro y plata.
- Que no se permita ninguna importación si los bienes que se importan existen de modo suficiente y adecuado en el país.
Jean-Baptiste Colbert, ministro de Luis XIV. Aplicó el mercantilismo en Francia |
<<En el año 1665, el rey Luis XIV de Francia dejó la dirección de la economía de la nación en manos del inteligente y brillante Jean Baptiste Colbert. El sueño de éste era convertir a Francia en una nación fuerte, eficiente y con gran fuerza económica. Para conseguirlo, echó mano del ilimitado poder que se le había otorgado, a fin de la nación se desarrollara bajo aquellas directrices que, según sus teorías, serían para bien de todos.>>
>>Desarrolló industrias necesarias, por medio de subsidios y privilegios, construyó un ejército naval, fundó colonias en el extranjero, apoyó las exportaciones, y desfavoreció las importaciones, o sea que, en general, se ocupó de cada una de las facetas de la vida económica francesa. Llevó a cabo numerososísimos proyectos y si el rey Luis XIV no se hubiera empeñado en arrojar por la borda todas las ventajas aportadas por Colbert gastándolas en guerras inútiles, es difícil poder imaginarse hasta qué altura hubiese podido llegar la economía francesa.>>
ASIMOV, Isaac, Las palabras y la historia, Barcelona, Editorial Laia, 1981, pág. 134.
<<[...] Por lo tanto, era necesario ocupar mercados a toda costa, lo cual se podía conseguir mediante una balanza comercial favorable; es decir, exportando más, o por un valor mayor, que importando. Una balanza comercial activa [positiva] aportaría riqueza al propio país, tanto de forma de <<tesoro>> propiamente (moneda de oro y plata), como en forma de capital disponible para inversiones a un interés bajo. A su vez, ello iba a producir empleo. Por el contrario, una balanza comercial desfavorable (negativa) en el país vecino iba a debilitarlo.>>
KOENIGSBERGER, H.G., Historia de Europa. El mundo moderno, 1500-1789, Barcelona, Crítica, 1991, págs. 89 y 90.
KOENIGSBERGER, H.G., Historia de Europa. El mundo moderno, 1500-1789, Barcelona, Crítica, 1991, págs. 89 y 90.