<<En la época de la guerra de Troya [Civilización Micénica, aqueos], Grecia estaba dividida en reinos, pero después del año 1000 a.C. sufrió una invasión de los dorios -también griegos, pero hasta aquel momento carentes de civilización (...). Después de un período muy sombrío, se encontró organizada en unas ciudades-Estados. Esto ocurría hacia el año 750 a.C. Dichas ciudades eran relativamente pequeñas, y estaban centradas en algún área de unidad agrícola, con suficientes reservas para autoabastecer a su población, todo ello basado en que Grecia es un país montañoso con valles muy estrechos, que separan unas zonas de otras. Esto llevó a que el pueblo desarrollara sus ciudades-Estado [polis] hasta un grado extremo. La ciudad se convirtió en el centro de cada aspecto virtual de la vida humana, y los ciudadanos eran poco más que sus extremidades.>>
>>Por todo ello, los griegos eran un pueblo incapaz de ver más allá de sus estrechas fronteras y de sus angostos valles, por lo que era imposible cualquier unión hacia un deseo común. Consiguieron una cultura extensísima, lo que les proporcionó también riqueza, y cada una de las ciudades aportó algo propio, pero también es cierto que tuvieron que doblegarse bajo estados más grandes y más brillantes -nos referimos a Roma.>>
ASIMOV, Isaac, Las palabras y la historia, Barcelona, Editorial Laia, 1981, págs 194 y 195.
<<¿Qué sucedió? Sucedió que en toda Grecia los campesinos, no pudiendo defenderse solos en sus aislados caseríos, los abandonaron y comenzaron a agruparse en las cimas de ciertas colinas, donde, juntos y con la ayuda de la naturaleza, podían resistir mejor. Estas cimas se llamaron acrópolis, que literalmente quiere decir «ciudad alta», Fortificadas, se convirtieron en el primer núcleo de la ciudad, que fue, como se ve, antes que nada un expediente estratégico.>>
>>[...] El espíritu de la polis, o sea aquella fuerza coagulante que hace de cada griego un ciudadano tan sensible a lo que sucede dentro y tan indiferente a todo aquello que sucede fuera de su ciudad, es en estos seiscientos años [1400-800 a.C] cuando se desarrolla hasta hacerse indestructible. Incluso los grandes filósofos del Siglo de Oro no lograron concebir algo que superase la ciudad con su inmediata campiña. Es más, esta ciudad no la querían sino de cierta medida. Platón decía que no debía rebasar los cinco mil habitantes; y Aristóteles sostenía que todos debían conocerse entre sí, al menos de vista. [...].>>
MONTANELLI, Indro, Historia de los griegos, Barcelona, Planeta, 2009, págs. 47 y 48.
<<Lentamente, los griegos comenzaron a crear el ideal de la polis, una comunidad autónoma formada por una ciudad principal y una pequeña franja de tierra laborable a su alrededor. Para nuestra mentalidad moderna, la polis no es nada más que una ciudad independiente, y no muy grande tampoco, de modo que la llamamos una «Ciudad-Estado». (La palabra «Estado» alude a toda región no sometida a dominio externo.)>>
ASIMOV, Isaac, Los griegos, Madrid, Alianza Editorial, 1981, págs. 25 y 26.