<<También el rey Sancho III mereció disfrutar
largo tiempo y con felicidad de la compañía de sus hijos, a los que en vida, con gran
benignidad, repartió entre ellos sus reinos. A su primogénito García lo puso al frente
de los pamploneses; a Fernando, el preferido de su padre le encargó el gobierno de la
bélica Castilla; a Ramiro, que había nacido de concubina, le dió Aragón, que era el
reino más alejado de todos sus territorios, sin duda para que ante los ojos de los otros
hermanos, el ser desigual en el linaje materno, no fuera igual en la herencia de sus
estados.>>
(...)
>>El rey Sancho III tuvo una larga vejez, y cuando su hijo, el
rey García hubo regresado de la ciudad de Roma, murió a consecuencia de una enfermedad
en el año 1073. Su hijo Fernando lo enterró, con todos los honores que le eran debidos,
en el monasterio de Oña.>>
"Crónica Najerense". Estudio
preliminar, edición crítica e índices por A., UBIETO ARTETA. Textos medievales, 16,
Valencia 1966, p. 91.
<<[...] Una coincidencia de elementos favorables llevó a Sancho el Mayor (1004-1035) a integrar bajo su mando, además de sus territorios patrimoniales [heredados de su padre, el Reino de Pamplona], el condado de Castilla y el Alto Aragón [condados de Aragón y Sobrarbe y Ribagorza]. Pero a su muerte repartió sus dominios entre sus hijos, demostrando así la falta de un verdadero ideario político. Nunca volvería Navarra a tener semejante oportunidad; encerrada en estrechos límites por el avance reconquistador de Aragón y Castilla, estaba destinada a girar en su órbita o en la del vecino francés.>>
DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio, España, tres milenios de Historia, Madrid, Marcial Pons Historia, 2000, pag. 68.