Os presento un texto sobre las exploraciones geográficas de los siglos XV y XVI. En concreto vamos a fijarnos en los portugueses que fueron los que iniciaron las primeras exploraciones de embergadura. El texto lo he sacado de Isaac Asimov en su libro La formación de América del Norte editado en Madrid por Alianza Editorial en 2007 (la primera edición del autor en inglés fue en 1973 y las primera edición en español fue en 1983). La antigüedad de la primera edición original explica que todavía cite a Cabo Verde, Angola y Monzambique como colonias portuguesas (consiguieron su independencia en 1975).
Aguas abajo por África
<<En
el curso de la expedición contra Ceuta, el príncipe Enrique
quedó seducido por África; se convirtió en su único y exclusivo
interés. Desde ese momento y durante cuarenta y cinco años, hasta
su muerte, en 1460, sólo tuvo un objetivo, que era explorar las
costas de África, hallar un modo de bordear el continente y
dominar la ruta marítima hacia las Indias.>>
>>En
1420, después de retornar de una segunda expedición a Ceuta
destinada a ayudar a la guarnición portuguesa de esta ciudad a
sobrevivir ante un asedio, fundó un centro para la navegación en
Sagres, en la punta sudoccidental de Portugal. Se convirtió en un
refugio para navegantes experimentados, en un lugar donde se
construían barcos de acuerdo con nuevos diseños, donde se
contrataba y entrenaba a las tripulaciones y donde se equipaba
cuidadosamente las expediciones.>>
>>Año
tras año, el príncipe Enrique envió barcos a navegar aguas abajo
por la costa atlántica de África, y cada uno trataba de llegar más
lejos que el anterior. Fue una especie de Cabo Kennedy del siglo XV.
El proyecto Africano de la época era tan excitante como el
proyecto de llegar a la Luna de nuestro tiempo.>>
>>El
primer fruto del esfuerzo de Enrique llegó aún antes de que éste
estableciese su centro en Sagres, pues en 1418 un pequeño grupo de
islas, situadas a 930 kilómetros al sudoeste de Portugal y a
640 kilómetros de la costa de África, fueron descubiertas por un
navegante portugués, Joao Gonçanves Zarco. Hizo el
descubrimiento después de haber sido alejado de la costa
africana por una tormenta. (Tales descubrimientos debidos a tormentas
tuvieron lugar tanto antes como después de la época de Zarco.)
Zarco llamó a la isla mayor «Madeira», palabra portuguesa que
significa «madera», porque era muy boscosa.>>
>>Quizá
Madeira haya sido vista por viajeros anteriores, pues en un mapa
italiano que se remonta a 1350 figuran unas islas en el lugar de
Madeira. Pero sólo después del descubrimiento portugués Madeira
entró de lleno en la conciencia europea y permaneció en ella.
Cuando Zarco llegó a la isla estaba deshabitada. Enrique el
Navegante tomó medidas para establecer una colonia en ella e hizo
talar los bosques para que se pudiese dedicar la tierra a la
agricultura. La isla es portuguesa hasta el día de hoy.>>
>>A
500 kilómetros al sur de Madeira hay un grupo mucho mayor de islas,
a sólo 80 kilómetros frente a la costa de África. Aparentemente
estas islas eran conocidas por los romanos, que las llamaban
«Canaria», de la palabra latina que significa «perro», porque se
decía que había perros salvajes en ellas. Hoy las llamamos las
islas Canarias.>>
>>Varios
navegantes de tierras diversas habían divisado esas islas antes de
la época del príncipe Enrique. Aventureros que trataron de
establecerse en ellas apelaron a la ayuda de Castilla y, por la época
en que el príncipe Enrique inició sus exploraciones por la costa
Africana, Castilla se había afirmado en las islas. En 1425 Enrique,
temiendo la interferencia castellana en sus expediciones
costeras, envió una expedición para conquistarlas. Pero
fracasó y, pese a repetidos esfuerzos portugueses, las islas
Canarias siguieron siendo castellanas.>>
>>A
1.300 kilómetros de Madeira, en pleno océano Atlántico, hay
aún otro grupo de islas, que al parecer figuraban en mapas italianos
de un siglo antes. El príncipe Enrique quizá vio tales mapas o
escuchó de boca de marinos relatos sobre ellas, pues en 1431 envió
una expedición al Oeste para localizarlas. Gonçalvo Velho Cabral,
que comandaba la expedición, halló las islas y, por los
halcones que vio en ellas, las llamó las Açores, la palabra
portuguesa que significa «halcones». Nosotros las llamamos las
Azores.>>
>>Las
Azores, deshabitadas por la época del descubrimiento portugués,
fueron colonizadas por ellos y siguen siendo de Portugal hasta
el día de hoy.>>
>>Al enviar hombres a las Azores, el príncipe Enrique, aunque no lo
sabía, les había hecho hacer la tercera parte del camino a través
del Atlántico hacia América, pero no era su principal interés
explorar el Oeste. Quería circunnavegar África, y el principal
objetivo de sus expediciones era el Sur.>>
>>Año
tras año, los osados navegantes portugueses avanzaron cada vez
más por la costa Africana. En 1433 habían navegado por casi 1.600
kilómetros a lo largo de las costas del continente, y en la década
siguiente avanzaron 1.300 kilómetros más.>>
>>Entonces,
se llegó a cierta especie de mojón.>>
>>A
lo largo de todos esos 2.900 kilómetros de costa, los portugueses
habían pasado delante de tierras relativamente áridas, pues
bordearon el límite occidental del gran desierto del Sahara. Pero,
finalmente, se llegó a los límites meridionales del desierto y, en
1444, el navegante Nunho Tristam llegó a la desembocadura de un gran
río. Era el río Senegal.>>
>>Al
año siguiente, Dinis Dias avanzó 200 kilómetros más y llegó al
cabo Verde, así llamado por su color, tan diferente del color pardo
del Sahara.>>
>>Y
el cabo Verde fue otro mojón.>>
>>Durante
más de un cuarto de siglo las expediciones se habían desplazado
constantemente aguas abajo por la costa Africana, a lo largo de casi
3.200 kilómetros; pero siempre, a través de toda esa extensión
costera, habían avanzado hacia el Sudoeste. Cada kilómetro llevaba
a los barcos más lejos del Este, más lejos de las riquezas de las
Indias. Cuando se llegó al cabo Verde, los barcos estaban a 800
kilómetros al oeste de Portugal.>>
>>Pero
el cabo Verde es la parte más occidental del continente Africano.
Más allá de ese cabo la costa corre directamente hacia el Sur y
luego empieza a dirigirse cada vez más hacia el Sudeste. De allí en
adelante los barcos empezaron a desplazarse hacia la meta final, en
vez de alejarse de ella.>>
>>Además,
la costa Africana se había vuelto útil por sí misma. A medida que
aumentó la fertilidad, los portugueses la hallaron poblada por una
población nativa dispuesta a trocar oro y marfil por artículos
que podían ofrecer los marinos portugueses.>>
>>La
población nativa, en efecto, podía ofrecerse a sí misma. Las
tribus Africanas luchaban entre sí, y los prisioneros de guerra por
lo común eran esclavizados. Los jefes de las tribus no veían nada
malo en vender estos esclavos a los portugueses, y éstos no veían
nada malo en comprarlos. Los nativos eran de piel oscura, por lo que
eran considerados como monos y, por lo tanto, semianimales y
naturalmente adaptados a la esclavitud. Más aún, eran paganos,
y los hombres que los compraban podían decirse a sí mismos que los
convertirían al cristianismo y que la salvación de sus almas
compensaba con creces la esclavitud de sus cuerpos.>>
>>El
príncipe Enrique trató de detener este tráfico de cuerpos humanos,
pero fracasó, y de este modo comenzó la horrible era de la
esclavización de los negros por naciones cristianas. Iba a continuar
durante cuatro siglos (los Estados Unidos serían los últimos en
abandonarla) y dejó una herencia que ha alterado al mundo, y
particularmente a los Estados Unidos, hasta hoy.>>
>>En
1455 Alvise de Cadamosto, un navegante veneciano que trabajaba
para el príncipe Enrique, exploró el río Gambia, a 240 kilómetros
al sur de cabo Verde. También descubrió las islas de cabo Verde, un
grupo de catorce islas situadas a unos 450 kilómetros al oeste de
cabo Verde que desde entonces han pertenecido a Portugal.>>
>>En
1460 Pedro de Sintra exploró la costa a lo largo de 1.300 kilómetros
al sur de cabo Verde, y en toda esa extensión la costa seguía
inclinándose hacia el Sudeste. No había ninguna razón para dudar
de que la costa seguiría esa dirección y que los barcos que
siguieran avanzando se acercarían cada vez más a las Indias. Cuando
Enrique el Navegante murió, el 13 de noviembre de 1460, debió morir
con el reconfortante pensamiento de que el proyecto en el que había
trabajado durante tanto tiempo estaba a punto de realizarse.>>
>>Pero,
¡ay!, no fue así. En términos de kilómetros, la más larga
extensión recorrida por los barcos del príncipe Enrique sólo era
la quinta parte del camino hacia la meta, y las dificultades aún
estaban por delante.>>
>>No
parecía así al principio. Faltaba la estimulante personalidad de
Enrique, pero el éxito comercial siguió alentando a los portugueses
a avanzar. En 1470 los portugueses llegaron a una parte de la costa
donde el comercio del oro era particularmente lucrativo, por lo que
la región fue llamada la «Costa de Oro», nombre que iba a
conservar durante casi cinco siglos. Más aún, a la sazón la costa
Africana ya no apuntaba al Sudeste, sino que había cambiado de
dirección de tal modo que los navegantes avanzaban directamente al
Este. Se dirigían derechamente a las Indias.>>
>>Con
gran excitación, los navegantes competían en sus esfuerzos y, en
1472, Fernando Po descubrió la isla que lleva su nombre. Para
entonces los navegantes habían alcanzado la costa Africana hasta un
punto que se hallaba a 2.900 kilómetros más al Este que el punto
más occidental de África, el cabo Verde. Estaban a 2.100 kilómetros
más al Este que Portugal. Seguramente sólo era cuestión de
seguir navegando hacia el Este para llegar a las Indias.>>
>>Pero
entonces se produjo un descubrimiento desgarrador. En la isla de
Fernando Po la costa Africana, inesperadamente, giró hacia el Sur de
nuevo, hacia el Sur..., hacia el Sur... No mostró ningún signo de
desviarse otra vez hacia el Este.>>
>>Durante
un tiempo los portugueses se desalentaron y el intento de llegar a
las Indias languideció. Parecía haber un consuelo en el hecho de
que la costa Africana, hasta donde había sido explorada, era
lucrativa. ¿Para qué buscar más allá?>>
>>Pero
luego, en 1481, llegó al trono portugués Juan II, bisnieto de Juan
I y sobrino nieto de Enrique el Navegante. Era un rey enérgico,
al que muchos consideran el más grande de la historia de
Portugal, y reasumió la labor del príncipe Enrique. Urgió a
los navegantes, de manera contundente, a seguir adelante; y si
la costa seguía orientada hacia el Sur continuar hasta el punto en
que el Continente diera un giro; pues debía haber un giro (él
estaba seguro).>>
>>En
1482 Diogo Cão condujo una expedición que lo llevó a mil
seiscientos kilómetros al sur de Fernando Po, hasta la desembocadura
del río Congo, y luego mil kilómetros más allá. En 1486 llegó a
la región de África que hoy es llamada Angola una gran parte del
África sudoccidental que todavía hoy es una colonia portuguesa.>>
>>Pero
la costa aún seguía hacia el Sur, siempre hacia el Sur.>>
>>Juan
II no cedió. En 1487 organizó una expedición que intentaría
llegar a las Indias por el Mediterráneo y el mar Rojo. Tal vez no
fuese una ruta comercial práctica, pero la información que
brindaría podía ser valiosa.>>
>>Bajo
la conducción de Pedro de Covilhão, los portugueses pasaron
por El Cairo y luego se dirigieron al otro extremo del mar Rojo,
Adén. Allí, Covilhão tomó un barco que lo llevó a la India.
Después navegó de vuelta hasta la costa oriental de África, que
exploró hacia el sur, hasta la desembocadura del río Zambeze. (La
región de la costa Sudeste de África, centrada alrededor del
Zambeze es hoy llamada Mozambique, y es aún posesión portuguesa).>>
>>Covilhão
se estableció en Etiopía, pero envió a su país un informe
completo. Los cálculos indicaban que el continente Africano no podía
tener más de 2.400 kilómetros de ancho en los puntos
meridionales alcanzados por Cão y Covilhão. El continente
tenía casi 6.400 kilómetros de ancho en su extremo septentrional,
de modo que parecía estrecharse hasta formar un cabo. Quizá todo lo
que se necesitaba era un empujón más.>>
>>Ese
empujón ya estaba en marcha, pues el mismo año en que partió
Covilhão se emprendió otro viaje por mar. Al mando de dos barcos,
Bertolomeu Dias zarpó de Lisboa en agosto de 1487. Navegó a lo
largo de la costa Africana hasta pasar los límites extremos
alcanzados por los navegantes que se habían aventurado por el
sur antes que él.>>
>>Navegó
640 kilómetros más allá del punto más lejano alcanzado por
Cão y llegó a un lugar hoy llamado cabo Dias. Allí pasó por una
fuerte tempestad que lo obligó a marchar hacia el Sur, quisiéralo o
no. Tampoco pudo acercarse a la costa. Fue a donde lo llevó el
viento y pudo considerarse afortunado de permanecer a flote.>>
>>Cuando
pasó la tempestad Dias se encontró en mar abierto, sin divisar
tierra por ninguna parte. Supuso que la costa Africana estaba al
Este, y hacia allí navegó, sin encontrar nada. Luego giró al Norte
para rehacer la ruta por la que lo había cogido la tempestad y, el 3
de febrero de 1488, tocó tierra en lo que hoy es llamado
Mosselbai. Para su asombro, la costa Africana (suponiendo que lo
era) corría al Este y al Oeste. En alguna parte debía haber
terminado la dirección sur y la costa giró hacia el Este, y la
tormenta le había impedido observar el punto del giro.>>
>>Empezó
a navegar hacia el Este, a lo largo de la costa, y, después de
atravesar 400 kilómetros, llegó al Great Fish River (como se lo
llama hoy), y allí la costa ascendía claramente hacia el Noreste.
Se convenció de que había llegado a las costas orientales de
África, finalmente, y pensó que sólo tenía que navegar hacia el
Norte y el Este para llegar a la India.>>
>>Dias
tenía mucha razón, pero su tripulación estaba cansada y en
rebeldía. Habían llegado más lejos que nadie anteriormente (si
dejamos de lado el legendario viaje de los fenicios de dos mil años
antes), y evidentemente habían cruzado el extremo meridional
del continente. Eso era suficiente. Querían volver a su hogar,
y Dias tuvo que ceder.>>
>>Siguieron
la costa hacia el Oeste; Dias alcanzó el extremo de la línea
este oeste y halló el punto donde la línea costera gira,
bastante abruptamente, de Norte a Sur. Era el punto que no había
visto durante la tormenta, por lo que lo llamó el cabo de las
Tormentas.>>
>>Pero
cuando volvió e hizo su informe, Juan II se negó a aceptar ese
nombre. El giro en ese punto le daba, finalmente, una buena esperanza
de llegar a la India por vía marítima, y lo llamó el cabo de Buena
Esperanza, nombre que lleva hasta hoy.>>
>>Juan
II tenía razón en esto, pero, trágicamente, no vivió para ver el
éxito final del gran proyecto suyo y de Enrique. En 1497, el
navegante portugués Vasco da Gama completó la vuelta alrededor de
África y llegó a la India.>>
>>En
el viaje se evitó el mundo musulmán. Portugal procedió a crear un
gran imperio colonial en África y el Lejano Oriente; otras naciones
le siguieron; y Europa se hizo cada vez más rica y poderosa,
expandiéndose para poblar continentes hasta entonces desconocidos y
dominar a antiguas naciones que no podían competir con el nuevo
dinamismo de Europa. Portugal inició el dominio europeo de todo el
mundo que duraría cuatro siglos y medio y sólo terminaría en
nuestro propio tiempo.>> (páginas 35-44)
Realiza las siguientes actividades:
- Busca información sobre Enrique el Navegante (lugar y fecha de nacimiento y muerte, origen social, labor en beneficio de las exploraciones geográficos...).
- Busca información sobre los personajes marcados en azul.
- Sitúa en un mapa físico de África los lugares a los que llegaron los exploradores portugueses señalados en rojo.
- ¿Por qué era importante para Enrique el Navegante que los exploradores volviesen con los datos de sus exploraciones?
- Busca en el diccionario las palabras señaladas en verde.
- ¿Cómo justificaron los portugueses las esclavitud?
- El autor intenta en todo momento concienciar al lector de las dificultades y retos que imponía la empresa de exploración. ¿Con qué gran empresa de exploración la compara?
- ¿Por qué el cabo más meridional de África se llama Cabo de Buena Esperanza?