<<En la Antigüedad, todos los habitantes de la Tierra eran cazadores-recolectores. ¿Por qué a algunos de ellos esto no les bastaba y decidieron dedicarse a la producción de alimentos [agricultura y ganadería]? Admitiendo que hubieron de tener algún motivo, ¿por qué lo hicieron hacia el 8.500 a.C. en los hábitats [paisajes] mediterráneos del Creciente Fértil [aproximadamente los territorios de Mesopotamia, Egipto y Siria] y no hasta 3.000 a.C. después en hábitats de clima mediterráneo parecido de la Europa suroccidental [sudoeste], y nunca lo hicieron los indígenas que habitaban en áreas de condiciones similares a las del Mediterráneo en California, sudoeste de Australia y El Cabo en Sudáfrica? Incluso los pueblos del Creciente Fértil, ¿por qué esperarían hasta 8.500 a.C. en lugar de hacerse productores de alimentos 18.500 o 28.500 a.C.?>>
DIAMOND, Jahred, Armas, gérmenes y acero, Barcelona, DeBols!llo, 2007, pag. 121.
<<La producción alimentaria [agricultura y ganadería] evolucionó por etapas a partir de esos precursores [los iniciadores] que ya la practicaban: los cazadores-recolectores. No todas las técnicas [formas de hacerlo] necesarias fueron desarrolladas en un corto intervalo [periodo] de tiempo, y no todas las plantas silvestres y los animales salvajes que con el tiempo fueron adaptados en determinada zona lo fueron simultáneamente [al mismo tiempo]. Incluso en los casos de más rápido desarrollo en solitario de la producción de alimentos a partir de un estilo de vida de cazadores-recolectores, llevó miles de años pasar de una total dependencia [solo se consume ese tipo] de alimentos silvestres a una dieta con muy pocos de tales alimentos. En las primeras etapas de la producción alimentaria, la gente cosechaba alimentos silvestres [recogía o recolectaba frutos y semilla que crecían de forma natural] al mismo tiempo que se dedicaba al cultivo de otros, y varios tipos de actividades recolectoras perdieron importancia en épocas diversas conforme aumentaba la confianza en los cultivos.>>
DIAMOND, Jahred, Armas, gérmenes y acero, Barcelona, DeBols!llo, 2007, pag. 124.