<<La nación que lindaba con Portugal era Castilla, pero ésta estaba desapareciendo del mapa. Ocurrió del siguiente modo. En 1469, Isabel, la media hermana de Enrique IV de Castilla, se casó con Fernando, hijo de Juan II de Aragón. Fue un casamiento por amor, que tuvo un éxito completo.>>
>>En 1474 Enrique IV de Castilla murió sin dejar hijos varones, pero dejó una hija que se casó con Alfonso V de Portugal (padre del futuro Juan II). Castilla tenía que elegir entre dos princesas, cada una de las cuales estaba casada con un rey extranjero. Finalmente, eligió a Isabel, que fue Reina de Castilla como Isabel I.>>
>>Más tarde, en 1479 murió Juan II de Aragón, y su hijo subió al trono con el nombre de Fernando II de Aragón. Fernando e Isabel gobernaron unidos las dos naciones, Castilla y Aragón. Por entonces, parecía ser una mera unión de monarcas, mientras las naciones permanecían separadas. Pero resultó que las dos naciones han permanecido unidas desde entonces, de modo que, después del ascenso al trono de Fernando e Isabel, podemos hablar, no de Castilla o Aragón, sino sólo de España.>>
>>Con la fundación de España, toda la península Ibérica, excepto Portugal y el reino moro de Granada, estuvo bajo un gobierno unido. España, así aumentada y con la riqueza de dos reinos a su disposición, sencillamente estallaba de ambición y buscaba espacio por donde expandirse aún más.>>
>>La víctima obvia era Granada. En 1481, Granada le hizo a España el favor de iniciar una guerra. Durante once años, Fernando e Isabel llevaron una difícil campaña en las montañas meridionales. Granada, debilitada por las disensiones internas, gradualmente perdió terreno. En abril de 1491, la capital fue puesta bajo sitio y, el 2 de enero de 1492, fue tomada. La última parcela de dominio moro en España fue borrada, casi ocho siglos después de que los moros entrasen en la Península.>>
ASIMOV, Isaac, La formación de América del Norte. Desde los orígenes hasta 1763, Madrid, Alianza Editorial, 2001, pp. 47 y 48.
<<El matrimonio
de Isabel y Fernando no fue la culminación de tendencias unificadoras, sino el
resultado de situaciones concretas y, por tanto, modificables. Por sí solo no
significaba la unidad. Castilla y Aragón —lo mismo podríamos decir de Navarra,
conquistada en 1512 e incorporada a Castilla tres años más tarde— mantuvieron
su propia organización independiente hasta el punto de que Fernando el Católico
fue expulsado de Castilla después de la muerte de Isabel y contrajo un nuevo
matrimonio que de haber tenido descendencia habría llevado a separar nuevamente
Aragón y Castilla: […]>>
MARTÍN, José Luis, La Península en la Edad Media, Barcelona, Teide, 1984, pag. 645.