martes, 14 de mayo de 2013

Tema 11(1º). Texto sobre la Segunda Guerra Médica (480-479 a.C.)

Segunda Guerra Médica: batallas de las Termópilas, Salamina y Platea (480-479 a.C.-siglo V a.C.).

Diez años después de la Primera Guerra Médica (480 a.C.) el rey de los persas Jerjes I (hijo de Darío I) decidió acabar para siempre con el problema de los griegos europeos. Para ello organizó un gran ejército y penetró en el Norte del Península Balcánica. Tras atravesar Tracia, Macedonia y Tesalia finalmente llegó a la Grecia continental (mapa de abajo: línea rosa -Jerjes/Mardonio). Frente a la misma, un grupo de ciudades griegas, no todas, dirigidas por Atenas y Esparta formaron la "Liga Helénica" para enfrentar a los invasores. Tras varias derrotas parciales en Artemisio y las Termópilas (retirada griega con el sacrificio de 300 espartanos que resistieron hasta la muerte) y la destrucción de Atenas los griegos pasaron al contrataque con sus victorias en Salamina (480 a.C.), Platea (479 a.C.) y Mícala (479 a.C.). La invasión había sido rechazada. Aunque la guerra continuaría, las ciudades griegas habían rechazado la invasión de la mayor potencia asiática.
El texto que viene a continuación cuenta someramente alguna de esas batallas.
Battle of Thermopylae and movements to Salamis and Plataea map-es

<<Finalmente se decidió aguardar al ejército persa en el paso de las Termópilas, situado entre el mar y el monte Eta, el único acceso desde la región de Tesalia hacia la Grecia central apto para el tránsito de un ejército como el persa y en el que el terreno permitía a un contingente militar reducido frenar a un enemigo superior, mientras que la flota griega se posicionaba en el cabo Artemisio, en el extremo norte de la isla de Eubea.>>
>>[...]>>
>>La batalla de las Termópilas se produjo a principios de agosto del año 480 a. C. y, como la de Maratón algunos años antes, se convirtió en un símbolo de la resistencia de los griegos ante la amenaza bárbara, pues, aunque la victoria final fue para los persas, la bravura y la heroicidad de la resistencia helena y de su líder Leónidas, que había conseguido su objetivo de oponerse y retrasar el avance enemigo, quedaron grabadas desde entonces en la historia de los griegos.>>
>>Mientras Leónidas y sus espartanos defendían al precio de sus propias vidas el paso de las Termópilas, la flota griega, después de tres días de enfrentamientos contra la escuadra enemiga, en los que ambas sufrieron grandes pérdidas, se retiró finalmente de Artemisio. El avance persa hacia la Grecia central estaba, pues, abierto. Los atenienses se vieron obligados a abandonar su ciudad y el territorio del Ática, y evacuaron a las mujeres y a los niños. Los persas llegaron pronto a Atenas, a principios de septiembre, y saquearon la ciudad y la acrópolis, donde se habían parapetado los últimos defensores atenienses.>>
>>La campaña militar del año 480 a. C. transcurrió con el avance del ejército de tierra aqueménida hasta la misma entrada del Peloponeso y con la derrota, a finales de septiembre, de la flota persa en la batalla de Salamina, en la cual los griegos, inferiores en número, utilizaron no sólo la astucia, sino también una mejor disposición estratégica para vencer a la flota enemiga ante la propia vista del gran rey. Al finalizar la estación del año propicia para la actividad bélica, la flota persa regresó a Asia Menor mientras que el ejército de tierra se retiró a Macedonia, donde invernó. Jerjes I tomó una parte de las tropas y regresó a Asia, dejando al mando del ejército persa en Europa a su primo Mardonio.>>
>>Durante el verano del año 479 a. C., los persas volvieron a avanzar sobre Grecia, pero esta vez hallaron al ejército griego, liderado de nuevo por atenienses y espartanos, apostado en las proximidades de la ciudad de Platea y formado, según Heródoto, por un contingente de 38.700 hoplitas, además de gran cantidad de tropas ligeras. El nuevo enfrentamiento se produjo cerca de Platea y acabó con una rutilante victoria griega, la muerte del general persa Mardonio y la retirada de los restos del ejército enemigo, que poco más tarde regresaba, también, a Asia Menor. La batalla de Platea se convirtió así en la definitiva victoria de la Hélade sobre la amenaza persa, en un símbolo de la libertad griega y en el inicio del poderío de los griegos sobre el Egeo y Asia Menor.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de los persas, Madrid, Nowtilus, 2011.
Map Greco-Persian Wars-es