Os presento dos textos sobre la Batalla de Covadonga, años 722. Son muy utilizados como muestra de como cada uno, sobre un mismo hecho, da su propia versión de los hechos.
VERSIÓN CRISTIANA
Esta versión es mucho más gloriosa para los cristianos. Daros cuenta el papel que juega la Virgen en la batalla y las cifras de pérdidas musulmanas.
<<Pelayo se
dirigió hacia la tierra montañosa, arrastró consigo a cuantos encontró camino
de una asamblea y con ellos subió a un monte llamado Auseva y se refugió en la
ladera de dicha montaña, en una cueva que sabía era segura. Desde ella envió
mensajeros a todos los astures, que se congregaron en una junta y lo eligieron
príncipe.>>
>>Alqama, el
dirigente musulmán, mandó entonces comenzar el combate y los soldados tomaron
las armas. Se levantaron los fundíbulos, se prepararon las hondas, brillaron
las espadas, se encresparon las lanzas e incesantemente se lanzaron saetas.
Pero al punto se mostraron las magnificencias del Señor: las piedras que salían
de los fundíbulos y llegaban a la casa de la Santa Virgen María,
que estaba dentro de la cueva, se volvían contra los que las disparaban y
mataban a los caldeos. Y como Dios no necesita las lanzas, sino que da la
victoria a quien quiere, los cristianos salieron de la cueva para luchar contra
los caldeos; emprendieron éstos la fuga, se dividió en dos su hueste, y allí
mismo fue al punto muerto Alqama. En el mismo lugar murieron 125000 caldeos.>>
Crónica de
Alfonso III de Asturias.
VERSIÓN MUSULMANA
El autor habla de oidas. Lo más interesante de todo es que el autor se lamenta de que no se hubiera en su momento acabado con los cristianos. De esta manera no habrían apoderado <<de lo que los musulmanes les habían tomado>>.
<<Dice Isa
ben Ahmand Al-Razi que en tiempos de Anbasa ben Suhaim Al-Qalbi, se levantó en
tierra de Galicia un asno salvaje llamado Pelayo. Desde entonces empezaron los
cristianos en Al-Andalus a defender contra los musulmanes las tierras que aún
quedaban en su poder, lo que no habían esperado lograr. Los islamitas, luchando
contra los politeístas y forzándoles a emigrar, se habían apoderado de su país
hasta llegar a Ariyula, de la tierra de los francos, y habían conquistado
Pamplona en Galicia y no había quedado sino la roca donde se refugió el rey
llamado Pelayo con trescientos hombres. Los soldados no cesaron de atacarle
hasta que sus soldados murieron de hambre y no quedaron en su compañía sino
treinta hombres y diez mujeres. Y no tenían qué comer sino la miel que tomaban
de la dejada por las abejas en la hendidura de la roca. La situación de los
musulmanes llegó a ser penosa, y al cabo los despreciaron diciendo: ‘Treinta
asnos salvajes, ¿qué daño pueden hacernos?’ En el año 133 murió Pelayo y reinó
su hijo Fáfila. El reinado de Pelayo duró diecinueve años y el de su hijo dos.
Después de ambos, reinó Alfonso, hijo de Pedro, abuelo de los Banu Alfonso, que
consiguieron prolongar su reino hasta hoy y se apoderaron de lo que los
musulmanes les habían tomado.>>
Del NAFH
AL-TIB de AL-MAQQARI.
Texto
tomado del tomo III de la
Historia de España de Historia 16, p. 92