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viernes, 15 de abril de 2011

Tema 9. Los portugueses buscan una ruta hacia Oriente

Os presento un texto sobre las exploraciones geográficas de los siglos XV y XVI. En concreto vamos a fijarnos en los portugueses que fueron los que iniciaron las primeras exploraciones de embergadura. El texto lo he sacado de Isaac Asimov en su libro La formación de América del Norte editado en Madrid por Alianza Editorial en 2007 (la primera edición del autor en inglés fue en 1973 y las primera edición en español fue en 1983). La antigüedad de la primera edición original explica que todavía cite a Cabo Verde, Angola y Monzambique como colonias portuguesas (consiguieron su independencia en 1975).
Descobrimentos e explorações portuguesesV2

 Aguas abajo por África
<<En el curso de la expedición contra Ceuta, el prín­cipe Enrique quedó seducido por África; se convirtió en su único y exclusivo interés. Desde ese momento y durante cuarenta y cinco años, hasta su muerte, en 1460, sólo tuvo un objetivo, que era explorar las cos­tas de África, hallar un modo de bordear el continente y dominar la ruta marítima hacia las Indias.>>
>>En 1420, después de retornar de una segunda ex­pedición a Ceuta destinada a ayudar a la guarnición portuguesa de esta ciudad a sobrevivir ante un asedio, fundó un centro para la navegación en Sagres, en la punta sudoccidental de Portugal. Se convirtió en un refugio para navegantes experimentados, en un lugar donde se construían barcos de acuerdo con nuevos diseños, donde se contrataba y entrenaba a las tripulaciones y donde se equipaba cuidadosamente las expediciones.>>
>>Año tras año, el príncipe Enrique envió barcos a navegar aguas abajo por la costa atlántica de África, y cada uno trataba de llegar más lejos que el anterior. Fue una especie de Cabo Kennedy del siglo XV. El pro­yecto Africano de la época era tan excitante como el proyecto de llegar a la Luna de nuestro tiempo.>>
>>El primer fruto del esfuerzo de Enrique llegó aún antes de que éste estableciese su centro en Sagres, pues en 1418 un pequeño grupo de islas, situadas a 930 ki­lómetros al sudoeste de Portugal y a 640 kilómetros de la costa de África, fueron descubiertas por un na­vegante portugués, Joao Gonçanves Zarco. Hizo el des­cubrimiento después de haber sido alejado de la costa africana por una tormenta. (Tales descubrimientos debidos a tormentas tuvieron lugar tanto antes como después de la época de Zarco.) Zarco llamó a la isla mayor «Madeira», palabra portuguesa que significa «ma­dera», porque era muy boscosa.>>
>>Quizá Madeira haya sido vista por viajeros anterio­res, pues en un mapa italiano que se remonta a 1350 figuran unas islas en el lugar de Madeira. Pero sólo después del descubrimiento portugués Madeira entró de lleno en la conciencia europea y permaneció en ella. Cuando Zarco llegó a la isla estaba deshabitada. Enri­que el Navegante tomó medidas para establecer una colonia en ella e hizo talar los bosques para que se pudiese dedicar la tierra a la agricultura. La isla es portuguesa hasta el día de hoy.>>
>>A 500 kilómetros al sur de Madeira hay un grupo mucho mayor de islas, a sólo 80 kilómetros frente a la costa de África. Aparentemente estas islas eran co­nocidas por los romanos, que las llamaban «Canaria», de la palabra latina que significa «perro», porque se decía que había perros salvajes en ellas. Hoy las lla­mamos las islas Canarias.>>
>>Varios navegantes de tierras diversas habían divisado esas islas antes de la época del príncipe Enrique. Aven­tureros que trataron de establecerse en ellas apelaron a la ayuda de Castilla y, por la época en que el príncipe Enrique inició sus exploraciones por la costa Africana, Castilla se había afirmado en las islas. En 1425 Enri­que, temiendo la interferencia castellana en sus ex­pediciones costeras, envió una expedición para conquis­tarlas. Pero fracasó y, pese a repetidos esfuerzos por­tugueses, las islas Canarias siguieron siendo castellanas.>>
>>A 1.300 kilómetros de Madeira, en pleno océano At­lántico, hay aún otro grupo de islas, que al parecer figuraban en mapas italianos de un siglo antes. El príncipe Enrique quizá vio tales mapas o escuchó de boca de marinos relatos sobre ellas, pues en 1431 envió una expedición al Oeste para localizarlas. Gonçalvo Velho Cabral, que comandaba la expedición, halló las is­las y, por los halcones que vio en ellas, las llamó las Açores, la palabra portuguesa que significa «halcones». Nosotros las llamamos las Azores.>>
>>Las Azores, deshabitadas por la época del descubri­miento portugués, fueron colonizadas por ellos y si­guen siendo de Portugal hasta el día de hoy.>>
>>Al enviar hombres a las Azores, el príncipe Enrique, aunque no lo sabía, les había hecho hacer la tercera parte del camino a través del Atlántico hacia América, pero no era su principal interés explorar el Oeste. Quería circunnavegar África, y el principal objetivo de sus expediciones era el Sur.>>
>>Año tras año, los osados navegantes portugueses avan­zaron cada vez más por la costa Africana. En 1433 habían navegado por casi 1.600 kilómetros a lo largo de las costas del continente, y en la década siguiente avanzaron 1.300 kilómetros más.>>
>>Entonces, se llegó a cierta especie de mojón.>>
>>A lo largo de todos esos 2.900 kilómetros de costa, los portugueses habían pasado delante de tierras rela­tivamente áridas, pues bordearon el límite occidental del gran desierto del Sahara. Pero, finalmente, se llegó a los límites meridionales del desierto y, en 1444, el navegante Nunho Tristam llegó a la desembocadura de un gran río. Era el río Senegal.>>
>>Al año siguiente, Dinis Dias avanzó 200 kilómetros más y llegó al cabo Verde, así llamado por su color, tan diferente del color pardo del Sahara.>>
>>Y el cabo Verde fue otro mojón.>>
>>Durante más de un cuarto de siglo las expediciones se habían desplazado constantemente aguas abajo por la costa Africana, a lo largo de casi 3.200 kilómetros; pero siempre, a través de toda esa extensión costera, habían avanzado hacia el Sudoeste. Cada kilómetro llevaba a los barcos más lejos del Este, más lejos de las riquezas de las Indias. Cuando se llegó al cabo Verde, los bar­cos estaban a 800 kilómetros al oeste de Portugal.>>
>>Pero el cabo Verde es la parte más occidental del continente Africano. Más allá de ese cabo la costa corre directamente hacia el Sur y luego empieza a dirigirse cada vez más hacia el Sudeste. De allí en adelante los barcos empezaron a desplazarse hacia la meta final, en vez de alejarse de ella.>>
>>Además, la costa Africana se había vuelto útil por sí misma. A medida que aumentó la fertilidad, los portugueses la hallaron poblada por una población na­tiva dispuesta a trocar oro y marfil por artículos que podían ofrecer los marinos portugueses.>>
>>La población nativa, en efecto, podía ofrecerse a sí misma. Las tribus Africanas luchaban entre sí, y los prisioneros de guerra por lo común eran esclavizados. Los jefes de las tribus no veían nada malo en vender estos esclavos a los portugueses, y éstos no veían nada malo en comprarlos. Los nativos eran de piel oscura, por lo que eran considerados como monos y, por lo tanto, semianimales y naturalmente adaptados a la es­clavitud. Más aún, eran paganos, y los hombres que los compraban podían decirse a sí mismos que los con­vertirían al cristianismo y que la salvación de sus al­mas compensaba con creces la esclavitud de sus cuerpos.>>
>>El príncipe Enrique trató de detener este tráfico de cuerpos humanos, pero fracasó, y de este modo co­menzó la horrible era de la esclavización de los negros por naciones cristianas. Iba a continuar durante cuatro siglos (los Estados Unidos serían los últimos en aban­donarla) y dejó una herencia que ha alterado al mundo, y particularmente a los Estados Unidos, hasta hoy.>>
>>En 1455 Alvise de Cadamosto, un navegante vene­ciano que trabajaba para el príncipe Enrique, exploró el río Gambia, a 240 kilómetros al sur de cabo Verde. También descubrió las islas de cabo Verde, un grupo de catorce islas situadas a unos 450 kilómetros al oeste de cabo Verde que desde entonces han pertenecido a Portugal.>>
>>En 1460 Pedro de Sintra exploró la costa a lo largo de 1.300 kilómetros al sur de cabo Verde, y en toda esa extensión la costa seguía inclinándose hacia el Sudeste. No había ninguna razón para dudar de que la costa seguiría esa dirección y que los barcos que siguieran avanzando se acercarían cada vez más a las Indias. Cuando Enrique el Navegante murió, el 13 de noviembre de 1460, debió morir con el reconfortante pensamiento de que el proyecto en el que había trabajado durante tanto tiempo estaba a punto de realizarse.>>
>>Pero, ¡ay!, no fue así. En términos de kilómetros, la más larga extensión recorrida por los barcos del príncipe Enrique sólo era la quinta parte del camino ­hacia la meta, y las dificultades aún estaban por delante.>>
>>No parecía así al principio. Faltaba la estimulante personalidad de Enrique, pero el éxito comercial siguió alentando a los portugueses a avanzar. En 1470 los portugueses llegaron a una parte de la costa donde el comercio del oro era particularmente lucrativo, por lo que la región fue llamada la «Costa de Oro», nombre que iba a conservar durante casi cinco siglos. Más aún, a la sazón la costa Africana ya no apuntaba al Sudeste, sino que había cambiado de dirección de tal modo que los navegantes avanzaban directamente al Este. Se di­rigían derechamente a las Indias.>>
>>Con gran excitación, los navegantes competían en sus esfuerzos y, en 1472, Fernando Po descubrió la isla que lleva su nombre. Para entonces los navegantes habían alcanzado la costa Africana hasta un punto que se hallaba a 2.900 kilómetros más al Este que el punto más occidental de África, el cabo Verde. Estaban a 2.100 kilómetros más al Este que Portugal. Segura­mente sólo era cuestión de seguir navegando hacia el Este para llegar a las Indias.>>
>>Pero entonces se produjo un descubrimiento desga­rrador. En la isla de Fernando Po la costa Africana, inesperadamente, giró hacia el Sur de nuevo, hacia el Sur..., hacia el Sur... No mostró ningún signo de des­viarse otra vez hacia el Este.>>
>>Durante un tiempo los portugueses se desalentaron y el intento de llegar a las Indias languideció. Parecía haber un consuelo en el hecho de que la costa Africana, hasta donde había sido explorada, era lucrativa. ¿Para qué buscar más allá?>>
>>Pero luego, en 1481, llegó al trono portugués Juan II, bisnieto de Juan I y sobrino nieto de Enrique el Na­vegante. Era un rey enérgico, al que muchos conside­ran el más grande de la historia de Portugal, y reasu­mió la labor del príncipe Enrique. Urgió a los nave­gantes, de manera contundente, a seguir adelante; y si la costa seguía orientada hacia el Sur continuar hasta el punto en que el Continente diera un giro; pues debía haber un giro (él estaba seguro).>>
>>En 1482 Diogo Cão condujo una expedición que lo llevó a mil seiscientos kilómetros al sur de Fernando Po, hasta la desembocadura del río Congo, y luego mil kilómetros más allá. En 1486 llegó a la región de África que hoy es llamada Angola una gran parte del África sudoccidental que todavía hoy es una colonia portuguesa.>>
>>Pero la costa aún seguía hacia el Sur, siempre hacia el Sur.>>
>>Juan II no cedió. En 1487 organizó una expedición que intentaría llegar a las Indias por el Mediterráneo y el mar Rojo. Tal vez no fuese una ruta comercial prác­tica, pero la información que brindaría podía ser va­liosa.>>
>>Bajo la conducción de Pedro de Covilhão, los portu­gueses pasaron por El Cairo y luego se dirigieron al otro extremo del mar Rojo, Adén. Allí, Covilhão tomó un barco que lo llevó a la India. Después navegó de vuelta hasta la costa oriental de África, que exploró hacia el sur, hasta la desembocadura del río Zambeze. (La región de la costa Sudeste de África, centrada alre­dedor del Zambeze es hoy llamada Mozambique, y es aún posesión portuguesa).>>
>>Covilhão se estableció en Etiopía, pero envió a su país un informe completo. Los cálculos indicaban que el continente Africano no podía tener más de 2.400 ki­lómetros de ancho en los puntos meridionales alcanza­dos por Cão y Covilhão. El continente tenía casi 6.400 kilómetros de ancho en su extremo septentrional, de modo que parecía estrecharse hasta formar un cabo. Quizá todo lo que se necesitaba era un empujón más.>>
>>Ese empujón ya estaba en marcha, pues el mismo año en que partió Covilhão se emprendió otro viaje por mar. Al mando de dos barcos, Bertolomeu Dias zarpó de Lisboa en agosto de 1487. Navegó a lo largo de la costa Africana hasta pasar los límites extremos alcan­zados por los navegantes que se habían aventurado por el sur antes que él.>>
>>Navegó 640 kilómetros más allá del punto más le­jano alcanzado por Cão y llegó a un lugar hoy llamado cabo Dias. Allí pasó por una fuerte tempestad que lo obligó a marchar hacia el Sur, quisiéralo o no. Tampoco pudo acercarse a la costa. Fue a donde lo llevó el vien­to y pudo considerarse afortunado de permanecer a flote.>>
>>Cuando pasó la tempestad Dias se encontró en mar abierto, sin divisar tierra por ninguna parte. Supuso que la costa Africana estaba al Este, y hacia allí navegó, sin encontrar nada. Luego giró al Norte para rehacer la ruta por la que lo había cogido la tempestad y, el 3 de febrero de 1488, tocó tierra en lo que hoy es lla­mado Mosselbai. Para su asombro, la costa Africana (su­poniendo que lo era) corría al Este y al Oeste. En al­guna parte debía haber terminado la dirección sur y la costa giró hacia el Este, y la tormenta le había impedido observar el punto del giro.>>
>>Empezó a navegar hacia el Este, a lo largo de la cos­ta, y, después de atravesar 400 kilómetros, llegó al Great Fish River (como se lo llama hoy), y allí la costa ascendía claramente hacia el Noreste. Se convenció de que había llegado a las costas orientales de África, finalmente, y pensó que sólo tenía que navegar hacia el Norte y el Este para llegar a la India.>>
>>Dias tenía mucha razón, pero su tripulación estaba cansada y en rebeldía. Habían llegado más lejos que nadie anteriormente (si dejamos de lado el legendario viaje de los fenicios de dos mil años antes), y eviden­temente habían cruzado el extremo meridional del con­tinente. Eso era suficiente. Querían volver a su hogar, y Dias tuvo que ceder.>>
>>Siguieron la costa hacia el Oeste; Dias alcanzó el ex­tremo de la línea este oeste y halló el punto donde la línea costera gira, bastante abruptamente, de Norte a Sur. Era el punto que no había visto durante la tor­menta, por lo que lo llamó el cabo de las Tormentas.>>
>>Pero cuando volvió e hizo su informe, Juan II se negó a aceptar ese nombre. El giro en ese punto le daba, finalmente, una buena esperanza de llegar a la India por vía marítima, y lo llamó el cabo de Buena Espe­ranza, nombre que lleva hasta hoy.>>
>>Juan II tenía razón en esto, pero, trágicamente, no vivió para ver el éxito final del gran proyecto suyo y de Enrique. En 1497, el navegante portugués Vasco da Gama completó la vuelta alrededor de África y llegó a la India.>>
>>En el viaje se evitó el mundo musulmán. Portugal procedió a crear un gran imperio colonial en África y el Lejano Oriente; otras naciones le siguieron; y Europa se hizo cada vez más rica y poderosa, expandiéndose para poblar continentes hasta entonces desconocidos y dominar a antiguas naciones que no podían competir con el nuevo dinamismo de Europa. Portugal inició el dominio europeo de todo el mundo que duraría cuatro siglos y medio y sólo terminaría en nuestro propio tiempo.>> (páginas 35-44)

Realiza las siguientes actividades:
  1. Busca información sobre Enrique el Navegante (lugar y fecha de nacimiento y muerte, origen social, labor en beneficio de las exploraciones geográficos...).
  2. Busca información sobre los personajes marcados en azul.
  3. Sitúa en un mapa físico de África los lugares a los que llegaron los exploradores portugueses señalados en rojo.
  4. ¿Por qué era importante para Enrique el Navegante que los exploradores volviesen con los datos de sus exploraciones?
  5. Busca en el diccionario las palabras señaladas en verde.
  6. ¿Cómo justificaron los portugueses las esclavitud?
  7. El autor intenta en todo momento concienciar al lector de las dificultades y retos que imponía la empresa de exploración. ¿Con qué gran empresa de exploración la compara?
  8. ¿Por qué el cabo más meridional de África se llama Cabo de Buena Esperanza?