Tradicional interpretación de los pueblos prerromanos: celtas, íberos y celtíberos.
<<Los íberos llegaron por mar. Pusieron sus pies en las costas de levante y lentamente fueron penetrando en el interior, como si quisieran conquistar un castillo.>>
>>[...]>>
>>No solo los íberos, llegando por el mar, sino también los celtas, un poderoso pueblo que ya conocía las armas de hierro y que penetraría por tierra. Y en este caso superando otra gran dificultad: franquear ese mural tan impresionante que son las montañas de los Pirineos; por supuesto, por sus pasos más accesibles, sobre todo por los Pirineos orientales; esto es, por la actual Cataluña.>>
>>De ese modo, los celtas llegaron a España y alcanzaron el río Ebro. Y Ebro arriba, siguiendo el curso del río, en oleadas sucesivas, poniendo sus asentamientos cada vez más lejos, penetraron en la alta meseta castellana, posiblemente por el paso de Belorado.>>
>>[...] Y por ese portillo abierto, por ese estrecho desfiladero, aquellos pueblos celtas, que venían del centro de Europa y que estaban ansiosos de tierras y más tierras despobladas donde poner sus pies, montar sus hogares, pastorear con sus rebaños y cultivar sus praderas, fueron así, lentamente, poco a poco, atravesando la gran meseta y llegando hasta las tierras brumosas de la actual Galicia.>>
>>Íberos por el este y por el sur frente a los celtas llegados del norte, tenían que acabar encontrándose. ¿Un encuentro amistoso? A buen seguro que no.>>
>>Pero también hubo intercambios comerciales y, sobre todo, y esto sí que fue importante, relaciones amorosas.>>
>>¡Admirable! ¡Los celtas y los íberos uniéndose en buen amor y compaña! Y con tal éxito que surgiría una nueva raza, un nuevo pueblo, una mezcla de los unos y los otros, que así, y con toda propiedad, conocemos como los celtíberos.>>
FERNÁNDEZ ÁLVAREZ, Manuel, Pequeña historia de España, Madrid, Espasa, 2010, págs 40-42.
Visión actual de los pueblos prerromanos: indoeuropeos, no indoeuropeos y colonizadores.
<<Si algo caracterizaba a la Península Ibérica en la época anterior a la conquista romana, era la gran diversidad de los pueblos que la habitaban. Aun así, podemos agrupar su territorio en el siglo III a.C. desde el punto de vista lingüístico en dos grandes zonas, una indoeuropea, que abarcaba las partes occidental y central de la península, y una no indoeuropea, que englobaba la franja más oriental y meridional.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 8.
Los no indoeuropeos (los íberos y turdetanos)
<<La zona no indoeuropea abarcaba las costas orientales [del este] de la Península Ibérica, donde se desarrolló entre los siglos VI y I a.C. la cultura íbera, término que agrupa a un gran número de pueblos que, aunque no formaban una unidad política, compartían una cultura material identificable arqueológicamente, una lengua con varios dialectos, y fueron considerados por los romanos como un colectivo con entidad propia. Esta realidad social y política íbera sería el resultado de la interacción entre la evolución propia de las poblaciones indígenas y la influencia ejercida por los colonizadores orientales. Se diferencian tres grandes zonas dentro del panorama ibero, la de las costas meridionales, la franja de Levante y la zona catalana. La población estaba asentada en oppida o ciudades fortificadas, y había desarrollado una intensa explotación agropecuaria y minera de su territorio, con la que participaba activamente en el comercio mediterráneo.>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 9.
Los indoeuropeos (celtas y preceltas)
<<Por otra parte, entre los pueblos de raíz indoeuropea se hallaban los lusitanos, que ocupaban el territorio más occidental de la península entre el Tajo y el Duero. Su economía estaba basada en la ganadería y la minería.[…]>>
>>[…]>>
>>Al norte de los lusitanos se situaban los galaicos, que ocupaban el extremo noroeste. Su economía estaba basada en la agricultura y, en menor proporción, en la ganadería, el marisqueo y el comercio. Vivían en castros o asentamientos fortificados con escaso desarrollo urbano y poseían una lengua propia. Al este de los galaicos estaban los astures y cántabros, de los que hablaremos más adelante.>>
>>En la zona del Sistema Ibérico y el este de la Meseta estaban establecidos los celtíberos, que eran el pueblo celta más importante en el momento de la llegada de los romanos. Los celtíberos poseían una fuerte jerarquización social y un avanzado urbanismo, con oppida como Numancia, con un trazado ortogonal y grandes viviendas, que pueden considerarse verdaderas proto-ciudades y que controlaban un territorio estructurado bastante amplio. Además poseían moneda y una escritura propia.>>
>>Los vacceos y los vetones eran también pueblos importantes. Los primeros ocupaban el centro de la Meseta norte y tenían una agricultura ampliamente desarrollada. Sus asentamientos eran de gran tamaño y poseían también una destacada jerarquización social. Los vetones que ocupaban el suroeste de la Meseta eran un pueblo ganadero ya que estaban asentados en tierras poco aptas para la agricultura y su población vivía en oppida con murallas defensivas.>> (subrayado mío)
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, págs. 9-10.
Los colonizadores (fenicios y griegos)
<<Finalmente, también localizamos en el suelo peninsular las colonias fundadas por fenicios y griegos, que se establecieron en la costa mediterrá nea en busca de materias primas, cobre y estaño, productos agrícolas y nuevos mercados con los que comerciar. Los primeros en llegar fueron los fenicios, que se establecieron en el sur, el levante peninsular y las islas Baleares, fundando ciudades como Gadir (Cádiz), Sexi (Almuñécar, en Granada), Abdera (Adra, en Almería) o Ebusus (Ibiza). Por su parte, los griegos ocuparon la zona costera septentrional, estableciéndose en colonias como Emporion (Empúries, Girona) o Rhode (Roses, Girona).>>
PISA SÁNCHEZ, Jorge, Breve historia de Hispania, Madrid, Nowtilus, 2009, pág. 10.